El Editorial

Votar para detener la desesperanza

En las circunstancias en las que vivimos actualmente en Venezuela, donde cunden la desesperanza y los deseos de huir de un país que se nos ha convertido en irreconocible, la mejor respuesta, aunque pueda resultar para muchos paradójica, es votar.

Esa afirmación la hacemos por la simple razón de que rendirse, por las razones que fueren, no es una opción, ni individual, ni como nación. No votar es reconocer que el régimen triunfó y nos anuló como individuos que creemos que, con todos sus defectos, la democracia es la mejor forma de gobierno.

Una participación masiva en las elecciones parlamentarias de finales de añ,o es la pesadilla de un régimen que ve como, día a día, su popularidad se desvanece, y que sabe que su capacidad de manipulación es inversamente proporcional a la intención de participación electoral.

No votar por las razones que esgrimen los eternos pesimistas, es literalmente un suicidio en masa que no producirá otro resultado que una inmensa depresión colectiva.

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Un comentario

  1. La verdad es que este asunto de la ´´participación – no participación´´ es un problema que se las trae. Y es que se percibe una poca motivación al respecto, pues equivale a tener que escoger entre morir fusilado o ahorcado, y ello es tan valido para la oposición como para el gobierno. De todos modos, en nuestro caso, siempre las internas – con o sin primarias -, suele ser una cuestión de los militantes de los partidos políticos, simpatizantes y amigos y por lo general, el universo todo de los votantes se suele abstener.de ir a participar en esos actos. Claro, eso no excusa que el día de las elecciones no se salga a votar dadas las especiales circunstancias que rodean las parlamentarias. Y es que la mejor actitud es la pragmática, es decir, depositar el voto aunque sea con un pañuelo en la nariz porque de lo que se trata es de intentar romper esa hegemonía gubernamental en todas y cada una de las consultas electorales. Abrir brecha en ese muro comunicacional que maneja con tanta diligencia el Estado – gobierno.

    Lo cierto es que estos dieciséis años de autocracia – militarista nos llevaron al abismo y todo lo que tocaron lo destruyeron. Y es que ahora si se ha puesto en evidencia que el modelo ensayado jamás funcionó realmente, puesto que sin renta petrolera suficiente se ha perdido la capacidad de resolver los ingentes problemas del país, que de hecho, se encuentra caotizado en medio de una parálisis total de todo su aparato productivo. Se medio sobrevive dentro de una irreversible tendencia hacia el desastre final ; ya sin oro que hipotecar y raspando los aporten al FMI se nos está diciendo todo ; el precio del petroleo sube, pero no llegará a los 100 $ para obtener un respiro y ya no se nos ocurre que vender para obtener algo mas que permita mantener la farsa por un tiempo mas. Hasta por cuestión de mera sobrevivencia no queda otra que ir a votar con independencia del resultado.

    Quizás lo mas significativo sea esa evolución ´´subterránea´´ que se está incubando en la población y que parece indetenible en la formación de una nueva ´´consciencia colectiva´´ y que se expresa en un sentimiento anti partido y anti política que va expresando un descontento creciente, pese a que no hay líderes a la vista que tomen la bandera de dirigir esa fuerza latente. El ex Caudillo casi que lo logró pero ya está bien muerto y ya se le comienza a percibir como algo frío y distante, algo que de tanto repetirlo no va a hacer que regrese a resolver los problemas de los sectores mas necesitados. Y sus herederos políticos nunca fueron bien vistos ni tan siquiera por las mismas bases ´´rojas´´, ni ya pueden engañar a nadie. pues no hay con que hacerlo. Este ´´socialismo´´ está muriendo de mengua y nadie podrá impedir su cada vez mas próxima defunción. Solo les queda la ´´fuerza´´ pero como algo ´´inercial´´, pero sin capacidad de resolución alguna.

    Es cierto que existe el riesgo de que el sentimiento de frustración colectiva se potencie si se pierden las elecciones parlamentarias, especialmente si es por la abstención de nuestra parte, pero hay que saber explicar el fenómeno e interpretarlo adecuadamente y ello implica el tener la visión correcta para descifrar un problema concreto. Y es que cuando se trata de ´´procesos´´ de naturaleza social y política, las piezas van a ir encajando por sí solas y nos dirán que ocurrió tanto en sentido positivo como negativo. De momento, demos un primer paso y vayamos a VOTAR, luego… ¡ YA VEREMOS !.

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