Valorar la historia
Hace pocos días Maduro envió una sentida felicitación a los rusos –y al invasor Vladimir Putin- por una nueva celebración de lo que ellos han dado en festejar como día de la independencia de Rusia, el 9 de mayo de cada año.
Que no es tal, porque una cosa es celebrar el triunfo de un país sobre un invasor –que es lo que Ucrania está haciendo desde hace tres meses contra la Federación de Rusia- que no fue lo que pasó en 1945, y otra es la independencia. Los rusos, con un enorme desgaste de hombres y equipos, se enfrentaron a los invasores de la Alemania nazi, después –y eso es convenientemente olvidado- que su gobierno había pactado inicialmente con Hitler para cubrirle el frente oriental y, así, quedarse con varios países limítrofes que las tropas alemanas conquistarían.
Hitler rompió el pacto originalmente firmado por el ruso Viacheslav Mijailovich Molotov por la Unión Soviética y Joachim von Ribbentrop por la Alemania nazi, el primero en nombre del dictador soviético Josif Vissanonovich Dzhugashvili, nacido en Georgia y tirano de Rusia mas conocido como Josif Stalin. Fue un canalla y grave error que dejó en el aire a Stalin y lo llevó a presentarle una guerra feroz que terminó con las tropas soviéticas rodeando y bombardeando Berlín por la mayor concentración de cañones jamás vista en la historia.
Pero no fue la libertad de Rusia y los países sometidos a la Unión Soviética, fue la derrota final de una Alemania ya en caída por haberse enfrentado prepotente y equivocadamente al mundo. Rusia llevaba muchos siglos de independencia, desde antes incluso de los zares.
Independencia fue la de Venezuela de España, de Estados Unidos de Inglaterra, y ahora la de Ucrania de Rusia. Quien se dice Jefe de Estado no debería ignorar la historia, ni siquiera para felicitar.