Un futuro mejor para todos
Es innegable que el anhelo humano busca un futuro mejor y distinto, pero para muchos, lo que añoran del pasado es la confraternidad en la diversidad.
En el siglo XX, Venezuela enfrentó grandes desafíos para establecer una democracia que permitiera la elección de gobernantes mediante el voto universal y directo, sentando las bases de un Estado de derecho basado en la división de poderes y la alternancia gubernamental.
Es evidente que la democracia representativa que duró 40 años no fue perfecta, ni completa, porque solo en sus últimos años se incorporó la elección directa de gobernadores y alcaldes y, si bien existía una cierta división de poderes, esta estaba controlada por la llamada partidocracia.
En la actualidad, nos encontramos en una etapa donde se ha pretendido eliminar la alternancia en el poder y la división de poderes se ha convertido en una mera ficción, ya que todas las decisiones provienen del poder ejecutivo.
La mayoría de los venezolanos anhelan vivir en paz y armonía, con un Estado que intervenga lo menos posible en su vida diaria y permita a las personas forjar libremente su futuro mediante su ingenio y esfuerzo. Buscan dejar atrás un Estado paternalista, optando por uno que promueva la comprensión entre los ciudadanos, fomente la reconciliación, impulse la recuperación económica, propicie la prosperidad, ofrezca educación de calidad para todos y garantice que la salud sea una prioridad.
A pesar de los desafíos, Venezuela cuenta con elementos y características que podrían hacer realidad este anhelo. Sin embargo, para lograrlo es imperativo que quienes estén en el poder no impongan su ideología, sino que sirvan al país como guías responsables contribuyendo a la creación de un futuro mejor para todos.
