Tiempos complicados y peligrosos
Lo que está sucediendo en Ecuador no es algo circunstancial; más bien, forma parte de una estrategia desestabilizadora planificada por la delincuencia organizada transnacional, en la cual están involucrados tanto colombianos como venezolanos. Lo preocupante es que estas organizaciones criminales tienen vínculos políticos en varios países, dificultando cada vez más la diferenciación de sus objetivos.
Esta acción se inscribe en lo que se conoce como guerra híbrida, un nuevo tipo de conflicto que va más allá de la asimetría y la táctica predicada por el Che Guevara. La ventaja radica en que los instigadores no son fácilmente identificables.
Si Noboa logra neutralizarlos, representaría una derrota significativa para la penetración de las drogas y la delincuencia organizada en el resto del continente. Posiblemente, Perú y Chile podrían seguir ese camino, y lamentablemente, las principales víctimas no serían solo los criminales, sino también muchos inocentes emigrantes venezolanos. Los peruanos ya han hecho saber a los ecuatorianos que tras los recientes incidentes estaría involucrado el tren de Aragua.
Hasta cuándo algunos gobiernos suramericanos van a encontrar útil participar en este peligroso juego de abrirle espacios a los carteles, ya sea para obtener beneficios o utilizarlos como arma de desestabilización política?.
La región de Sudamérica se espera que crezca en 2024, según la CEPAL, en un modesto 1.9%. Esto se debe a que nadie está interesado en invertir en países que no respetan el estado de derecho, lo que genera desconfianza en los inversionistas. Gran parte se atribuye a la impunidad que prevalece en algunos países de la región debido a las actividades crecientes del crimen organizado transnacional.
Es posible que no estemos de acuerdo con las acciones de Bukele en El Salvador, pero al menos hasta ahora ha logrado frenar a los carteles. Tal vez podríamos lograr algo similar si los gobiernos estuvieran decididos a aplicar el estado de derecho y eliminar toda expresión de impunidad en la actividad criminal. Lamentablemente, esto no ocurrirá mientras sigamos siendo la región del mundo con mayor desigualdad social.