Tenemos que dejar de mirar al pasado
Si algo ha sido característico de la sociedad venezolana es mirar al pasado para definir el presente. Muchos siguen viviendo de lo importante que fue la “Venezuela Heroica”, otros de lo fundamental que fueron los años sesenta y los más en que hemos perdido el rumbo que llevábamos hace 20 años.
La pregunta que nos hacemos es por qué pocos hablan de lo que está ocurriendo en el resto del mundo y el impacto que eso tendrá en nuestras vidas. Y nos referimos a varios hechos concomitantes como los efectos de los cambios climáticos, la guerra en Ucrania, pero sobre todo, de lo que implica la IV revolución industrial, es decir, la que propulsa la sociedad del conocimiento y que se manifiesta por la expansión global de la inteligencia artificial, la robótica, la nanotecnología y otras tecnologías que cambiarán radicalmente el mundo como hasta ahora lo hemos conocido.
Qué sentido tiene anclarse en problemas ideológicos que contraponían esencialmente al capitalismo con el comunismo. Hoy esa dicotomía no sirve de nada para orientar al país hacia el futuro. El gran tema es cómo educar a nuestros jóvenes para estar a la altura de los retos que impone la nueva realidad del mundo.
Hoy las guerras de la independencia, el mito del castrismo y, sobre todo, la errónea noción de que Venezuela era un país rico que unos desaforados destruyeron no nos sirven, ya que, mientras pensemos así, nunca haremos lo que tenemos que hacer para, no sólo recuperar a Venezuela, sino crear un país viable. Dejemos de lado el exceso de retórica y de palabrerías y actuemos con orientación de futuro. Si lo hacemos lograremos hacer de nuestro país un ejemplo a nivel mundial.
Pienso que es ejemplar éste escrito. Y pienso lo mismo.Dejsr de repetir que este es «el mejor país del mundo»…. No existe el mejor país del mundo !
Un país es lo que hacemos de él, con nuestro esfuerzo, conocimientos, HECHOS, con nuestro auténtico amor por el; no tanta palabrería y arrogancia inútil.
Si cambiamos, cambia Venezuela, porque sí, tiene un potencial ilimitado en la propia gente. Solo hace falta educación de la buena.