Rescate urgente
Millones de personas intentan abandonar sus países, huyendo de la miseria, la guerra o la persecución política. La situación somete además a duras pruebas a los estados receptores de emigrantes, obligados por el orden legal y ético a dar acogida a los refugiados, pero muchas veces son sobrepasados en sus capacidades ante un flujo permanente y sin orden.
En Tacna, frontera entre Chile y Perú se libra desde hace días una confrontación que evidencia la desidia de tres gobiernos. Aproximadamente 200 emigrantes, la mayoría venezolanos, intentan abandonar el territorio chileno para pasar por Perú, rumbo hacia al norte. Posiblemente algunos intentarán continuar su camino vía Colombia hacia Estados Unidos, pero la mayoría ha mostrado su interés de regresar a Venezuela.
Sin embargo, estas personas están atrapadas. Chile pretende que salgan, Perú no quiere que ingresen y los emigrantes, impulsados por la desesperación y las condiciones críticas, se enfrentan a los cuerpos policiales para tratar de salir de la cárcel en forma de desierto donde se encuentran a la intemperie con niños y ancianos.
No ha sido posible tampoco que el Gobierno de Venezuela los busque en un avión de la Fuerza Aérea o de esos muy cómodos que Conviasa permanentemente presta al dictador cubano, Miguel Díaz Canel, para recorrer el mundo. Es el momento que la diplomacia se active y traigan a casa a estos compatriotas.
