¿Por qué criticar la negociación solo porque si?
No falta un día en el que algún opositor que presuma de liderazgo o solamente opine a través de las redes sociales, no critique o condene el proceso de negociación que debe iniciarse en los próximos días en Ciudad de México.
Algunos consideran que la negociación no sirve para nada porque el gobierno volverá a mofarse de la comunidad internacional. Otros sostienen que esa no es la vía para salir de Maduro. Sin embargo, no proponen una alternativa mejor y, sobre todo, viable. Otros, esencialmente en Twitter, afirman que con delincuentes no se negocia. Se basan , los que más, que lo que hay que hacer es salir del régimen, de sus colaboradores y cómplices, refiriéndose a los dirigentes opositores, pero estos guerreros del teclado no explican cómo, con quiénes y cuándo van a descabezar a ese gentío.
La realidad es que todos, opositores y comunidad internacional, conocen perfectamente la naturaleza gánsteril del régimen, pero también saben que, aunque muchos no lo crean, atraviesas por fuertes problemas internos. Por un lado, padecen una falta de recursos para poder resolver la infinidad de problemas que se les vienen encima y, por el otro, ya hay unos cuantos que quieren disfrutar de la vida, y sobre todo de su riqueza, en países en los cuales se sientan cómodos, y para poder hacerlo requieren acuerdos que permitan que sean retiradas las sanciones que los afectan personalmente.
Es cierto que esta nueva etapa de negociación no será fácil y el régimen intentará dar lo menos posible y asegurar su permanencia en el gobierno por el tiempo más largo posible. Pero esta vez no estarán solos cara a cara los representantes del régimen y de la institucionalidad democrática, pues en la mesa no sólo se sentarán los noruegos, sino también otros países que apoyan a ambos lados que han manifestado su intención de estar presentes.
El objetivo de la negociación es que se puedan efectuar en Venezuela elecciones libres y supervisadas y se cumpla con las condiciones necesarias para que esto sea así. También la presencia internacional en México sirve para avalar las garantías que surjan de la negociación.
No entendemos de qué sirve adversar esta negociación, no sólo avalada, sino supervisada por la comunidad internacional, si quienes la rechazan no son capaces de presentar una fórmula viable de resolver el conflicto, que no implique una negociación.
No sabemos si lo de México producirá un resultado satisfactorio, pero de no ocurrir presión internacional, la crisis no disminuirá y las condiciones de vida en el país no mejorarán.