Policías vs policías
Algo insólito hemos tenido que observar en días pasados cuando, en plena avenida Río de Janeiro de la urbanización Las Mercedes, se produjo un tiroteo que resultó ser entre funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, porque dos de ellos querían robar el arma de reglamento de quienes estaban de guardia en el módulo.
La pregunta que cabe hacer es ¿qué clase de selección, formación y preparación le está dando el régimen a los que, se supone, deben ser los custodios del orden público?
Sin ir mucho más lejos, se puede formular otra pregunta ¿por qué hay granadas y armas de guerra en las cárceles, si quien custodia esas instituciones penitenciarias es la Guardia Nacional?
La respuesta parece obvia, no hay verdadero criterio de selección para los encargados de asegurar el orden público, tampoco hay condiciones adecuadas de remuneración y vivienda para muchos de ellos, que tienen que arriesgar, a diario, la vida cuando regresan a dormir en los barrios donde habitan.
En Venezuela no se reducirá la criminalidad hasta tanto no se profesionalicen los cuerpos policiales y, sobre todo, se despoliticen.
La policía y la Guardia Nacional no pueden ser instrumentos políticos del gobierno de turno, sino servidores del Estado, para garantizar a los ciudadanos la paz que se merecen.
NOTA: CONEXIÓN FALLIDA.
Dignos de admiración esos policías íntegros, a pesar de la falta de profesionalización y condiciones de trabajo aceptables, requisitos indispensables en toda sociedad. Se supone que los cuerpos policiales son autónomos
y con autoridad para organizarse ellos mismos, como debe ser, por si no es.
La policía , como los bomberos, paramédicos, asistentes sociales y todos aquellos enmarcados dentro de lo que se denomina ´´funcionarios públicos´´ tienen funciones y atribuciones específicas, reguladas por el Estado a través de las leyes y reglamentos que deben o deberían regular dicha materia. Pero, siempre hay determinantes que definen o le dan su peculiaridad específica según sea el país y la cultura en donde se desarrolla tal profesión u oficio. Y es que no existe ni sociedad ni cultura conocida que que no ejerza las funciones de control, disuasión y represión de lo que sociologicamente denominamos ´´ conductas desviadas´´. La presencia del policía y de la policía son por tanto fenómenos e instituciones tan viejas como la civilización y todo apunta a que así continuará siéndolo hasta el final de los tiempos.
Evidentemente y desde el punto de vista del ´´relativismo cultural´´, no es lo mismo interaccionar por parte del ciudadano con los ´´bobbies´´ ingleses o con un policía del centro de Nueva York, o con un ´´oficial´´ de policía destacado en el ´´23 de Enero´´. Hay diferencias substanciales indudablemente. En Inglaterra o en los Estados Unidos, la policía es vista con respeto y gozan de un ´´reconocimiento social´´ importante. No ocurre así con nuestra policía, donde la visión del ciudadano difiere radicalmente del punto de vista de aquellos otros ciudadanos. ¿ Cuáles pudieran ser los orígenes y causas de tales discrepancias ?.
Lo primero que destaca es el ´´estatus´´ del policía anglosajón o del extranjero que asimilado, forma parte de dichos cuerpos de seguridad. Son universitarios que entran al cuerpo luego de un exigente proceso de selección ; tienen la garantía de poder ascender en el escalafón policial si llenan los requisitos y méritos de ley ; perciben de entrada de salarios dignos y sus sindicatos bregan por el bienestar del agente ; pueden residir en urbanizaciones solo para este tipo de agentes de la ley en un ambiente de orden y limpieza inobjetables ; visten con pulcritud y tienen a la mano toda la tecnología necesaria para hacer efectivo u trabajo. Y es que, por el contrario, nuestros oficiales de policía, no gozan en lo mas mínimo de tales beneficios y,o ´´privilegios´´.
Hay que admitir, que ni siquiera gozan de un reglamento o de un ´´código de conducta´´, al decir de un ex policía como el señor F. Bernal. Son percibidos por la ciudadanía como ´´malandros o choros con uniforme´´, tanto o mas peligrosos que el resto de los delincuentes sin uniforme ; sufren de la discriminación social y son abusados por sus superiores que los inducen a cometer crímenes espantosos en los actos de ´´iniciación´´, al obligarlos a ejecutar a presuntos delincuentes, comprometiéndolos de por vida a un ´´silencio cómplice´´ con quienes hacen de su vida un permanente acto de corrupción y complicidad ; viven en barrios marginales de alta peligrosidad donde corre la droga, el alquiler del arma de reglamento para consumar actos de robo o de simple sicariato ; ni ganan lo suficiente y nunca tienen plata en el bolsillo ni para poder mal vivir ; no son pulcros ni proyectan una imagen positiva, pues andan con uniformes remendados y calzado inapropiado. El ´´rebusque´´ es su forma de vida habitual, con lo que su autoestima es casi igual a cero ; por lo general, terminan siendo miembros de andas criminales dedicadas al secuestro y la extorsión, y como tales, terminan siendo asesinados cuando ya no son de utilidad alguna o se convierten en un peligro potencial por razones de potenciales delaciones…Esa es nuestra policía, desgraciadamente.
El asunto se agrava y escapa a todo control a partir del momento de la creación de la Policía Nacional en detrimento de las policías regionales y locales. Centenares de ´´niños´´ con uniforme egresan de supuestas academias de policía, dotados de una pistola semiautomática muy costosa y bajo la mentira de que se les confiere o conferirá un título universitario en cursos acelerados de formación policial. Ni siquiera son entrenados psicológicamente para desarrollarles la malicia necesaria para intuir el peligro y poder afrontarlo con determinación y seguridad, y hasta con alguna probabilidad de éxito. Son pura y simplemente, ´´carne de cañón´´ ; blanco fácil de criminales mas duchos en el arte de la emboscada artera y donde el premio mayor, es despojarlos de su arma de reglamento. Los mas afortunados sirven de ´´escoltas´´ a funcionarios y que importantes ; y, sin embargo, vemos como se prestaron a u crimen tan barbárico como el perpetrado en la persona del joven Serra…. ¿ Es esa la policía que queremos, necesitamos y pedimos ?.
El gobierno chavista, resultó ser un Estado fallido, es decir, un Estado delincuencial, por lo tanto, muchos de los funcionarios públicos -altos, medianos y pequeños enchufados- son delincuentes y entre ellos, se destacan los de los cuerpos policiales y especificamente, la Guardia Nacional.