Perder el objetivo es la verdadera tragedia
Es difícil entender, y mucho menos justificar, la reciente acción emprendida por los parlamentarios de PJ, AD y UNT. Las fallas que puedan haber ocurrido en el lapso que va desde 2019 a nuestros días no son exclusivas del presidente interino, sino de todos los partidos que integraban el G4. Ellos fueron los que ocuparon los cargos en el exterior y deben reconocer que fueron pocos quienes hicieron algo útil. Pero es bueno recordar que la designación del 75% de los cargos estuvo a cargo de esos tres partidos. Lo mismo ocurrió en las empresas, particularmente, en Monómeros, por lo que no pueden ahora venir a desgarrarse las vestiduras, ya que no sólo conocían lo que allí ocurría, sino que fueron parte integrante de la directiva.
Cabe entonces la pregunta de si está precipitada, e inconstitucional, acción no se debe a que están al tanto de las verdaderas encuestas y saben que en unas elecciones limpias en las primarias, ninguno de sus candidatos triunfarían. También cabe preguntar qué incidencia tendría la necesidad de asegurar que sigan fluyendo los recursos tanto a las alcaldías como a las gobernaciones que estos partidos actualmente controlan.
En todo caso, la manera como han actuado no solo debilita el necesario frente común contra la dictadura, sino que deja abiertas demasiadas interrogantes sobre los motivos que están detrás de la infausta decisión.