No podemos perder la esperanza
En los peores momentos de su vida, el psiquiatra Victor Frankel, prisionero en el campo de exterminio de Auschwitz, nunca perdió la esperanza de seguir vivo y eso lo reflejó en un conmovedor libro que tituló: «El hombre en búsqueda de un significado», un texto fundamental para entender cómo, las peores circunstancias imaginables, se pueden superar cuando no se pierde la esperanza.
En Venezuela, vivimos circunstancias dramáticas generadas por una cúpula política que nunca entendió que teorías descabelladas y superadas en el tiempo, solo podían producir miseria y violencia desbordada.
Pero así como el nazismo fue derrotado, también el comunismo dejó de ser una alternativa viable y solo han quedado, como ejemplo de anacronismo histórico, las dinastías comunistas cubanas y norcoreanas.
En nuestro país no existe una dinastía sino una cofradía descabellada y corrupta que se aferra al poder, creyendo que la magia de la palabra comunismo es suficiente para permanecer eternamente mandando.
Si la mayoría de los habitantes de Venezuela mantienen la esperanza de que se puede vivir en un mejor país, no habrá cúpula que pueda vencer la fuerza del cambio que ya se está sintiendo en todos los rincones de nuestra geografía.
Es evidente que cada individuo tiene sus propios mecanismos defensivos para enfrentar las situaciones adversas y adaptarse a su entorno por muy difíciles que sean las circunstancias, pero todo tiene un límite y se impone en un momento dado el tener que tomar decisiones definitivas ante la disyuntiva de perecer o sobrevivir. Y es que todos los venezolanos estamos siendo directamente afectados por todo ese conjunto de decisiones erradas por parte de un Estado – gobierno que luce errático y hasta confundido al momento de escoger un camino que nos permita superar la presente situación. Lo cierto es que hemos llegado a un punto de inflexión donde el camino de retorno no es ya posible, quedando solo la alternativa del ir hacia adelante como único medio de superar la crisis.
Esta absurda situación de las ´´colas´´, desabastecimiento, inseguridad y violencia desatada tienen solución, pero no precisamente bajo la presente administración que lejos de aportar soluciones la agrava y complica. Y es que ya ni ´´socialismo´´ se puede llamar al presente estado de caos y anarquía que esta logia en el poder califica de ´´revolución´´ pero que no es tal, porque lo que vemos es el saqueo sistemático de los recursos del país y una quiebra institucional sin precedentes en nuestra historia nacional. Este desmoronamiento y desintegración de la nación ha provocado la progresiva toma de conciencia por parte de la población que comienza a entender que con estos gobernantes no vamos a ninguna parte.
La esperanza es el último recurso de la razón para poder sobrevivir. Transformar la esperanza en acción es tarea de todos para superar el conflicto, y esto solo se logra con cohesión y claridad en las ideas y objetivos. Y es que reconstruir nuestro país no será nada fácil, pero sin unidad ello no será posible puesto que el camino a recorrer será largo y penoso y se necesitará el esfuerzo de todos y un nuevo estilo de gobierno y liderazgo que rompa con los paradigmas del pasado.
La esperanza es la llave que nos permitirá abrir las puertas del futuro. No la dejemos morir.
La obra de Erich Fromm EL DERECHO A LA ESPERANZA es un clásico sobre el tema de la ESPERANZA, a nivel personal y social como pueblo y vale la pena releerlo a lo largo de la vida. Sus ideas trascienden al tiempo y al espacio.
Igual con su obra «el Miedo a la
Libertad», donde destacó lo simple que es perder el espíritu y
someterse a ser esclavo a las circunstancias.
Estoy completamente de acuerdo tanto en el análisis y conclusiones contenidos en el Editorial de hoy, como en lo claramente expresado por Jaime Pons en sus reflexiones.
Correcta y excelente reflexión, no hay otra………………………saludos.