Negociar no es exigir, es transigir
Idas y venidas, dimes y diretes, intereses y temores, han sido los pantanos en los cuales han chapoteado chavistas y opositores mientras el país se les resquebrajaba entre las manos. Ambas partes han jugado a los alardes, mentiras, pequeñas verdades que con dificultad asoman las miradas, codicias de todo tipo, necedades de dirigentes formados en grandes partidos desgastados y convertidos en fundadores y líderes de pequeños grupos de seguidores que sólo tienen dos grupos: seguidores ingenuos y codiciosos de pequeñeces.
Lo que finalmente ambas partes van a discutir –que es conversar, no insultarse mutuamente, decir yo lo que quiero mientras escucho lo que quieres tu- no es un país, sino lo que queda de él. No es una nación sino el reparto de las ruinas, arqueólogos torpes de una patria que fue y que ahora ya olvidó como reir y soñar y sólo sabe llorar y padecer pesadillas.
Si viajan a la capital de un país grande que nunca supo ser un gran país sólo a imponerse concesiones unos y otros, mejor ahórrense un viaje que no pasará de unas vacaciones bien pagadas. Si viajan a México no es para complacer a López Obrador, a Nicolás Maduro, a Julio Borges, a Leopoldo López, a Henrique Capriles, Juan Guaidó, a Diosdado Cabello y otros tantos, es para traerle respuestas al pueblo que cada día los sigue menos porque lleva más de veinte años de frustraciones y caída a cuestas.
El problema, señores políticos del régimen y de la oposición, no es cuál de ustedes consigue más, sino cuáles salidas van a acordar para todos los venezolanos. Esa es la cuestión.
Hasta hace poco se creía que una democracia sólo podía caer si era víctima de un golpe militar o de una revolución, pero su destrucción paradójicamente puede nacer por culpa de los votos. Expertos explican cómo el nacionalismo-populista gangrena un país
El ruido de sables que puede sonar en una transición se diluye a medida que la democracia la alcanza la mayoría de edad. En nuestra historia otras tentativas de asonadas castrenses -abortadas de forma discreta- son un recuerdo lejano de la memoria colectiva que únicamente regresa en aniversarios o bromas televisivas.
Cuando España entró en la OTAN y en la Unión Europea cualquier posibilidad de golpe militar quedó neutralizada.
Hasta hace muy poco los analistas políticos consideraban que la democracia liberal sólo podía ser derribada por dos vías: el golpe militar o la revolución.
Sebastián Piñera se refirió a Venezuela: «Las dictaduras nunca ceden voluntariamente al poder, hay que quitárselo»
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, volvió a criticar duramente al «régimen» de su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, del cual señaló que las dictaduras «nunca ceden voluntariamente» por lo que la solución que propone el mandatario chileno es que «hay que quitárselo».
¿Lo haremos como Chile y su Presidente?