Lo malo de un país vacío

Que hay demasiados interesados en llenarlo, pero no en beneficio de los venezolanos, sino en interés propio.

Los cubanos quieren el dinero y el petróleo que llevan recibiendo desde los tiempos de Hugo Chávez. Los rusos quieren bases que les permitan poner nerviosa a la Casa Blanca con su presencia, sin mayores inversiones, a 3 ó 4 días de navegación de La Habana y de Florida, 2 ó 3 horas de vuelo, en el corazón del interés del Comando Sur.

Los iraníes quieren tierras ricas y sin ningún costo para su propia alimentación y enterrar garras en territorio siempre buscado, Latinoamérica, lejos del presunto alcance israelí. Para los chinos no es cuestión de tierras ni ocupación, sino de negocios, inversiones y cobranzas.

Diferentes bandas criminales se disputan el llamado Arco Minero para hacerse con un territorio donde yacen las riquezas minerales más grandes de Venezuela y de las más importantes del mundo.

Por esas razones, y por la necedad torpe de un régimen sin pensamiento propio, sólo interesado en ficciones ideológicas y acumulación de bienes, hoy somos territorio ocupado.

Y Miraflores ya sabe que es la única forma de seguir en el poder.