Las dictaduras del mundo se nutren mutuamente
Las dictaduras que existen en el siglo XXI son muy diferentes a las de principios del siglo XX. Estas últimas no pretendían disfrazarse de democracias de ninguna manera. Eran lo que eran, así fueran de izquierda o de derecha.
En el siglo XXI no les gusta ser definidas como dictaduras. Si acaso, pueden aceptar que se les denomine como regímenes autoritarios o autocracias, pero se proclaman como democracias porque supuestamente, y en efecto, son producto de elecciones populares, sin que estas sean necesariamente libres y verificables. Pero ahora han encontrado una manera más efectiva de asegurar su permanencia en el poder, que no es otra que impedir que se presente a la elección un candidato que pueda vencerlos electoralmente. Y la fórmula utilizada es inhabilitarlos, como en Venezuela y Nicaragua, o ponerlos presos como en Rusia y Cuba; la fórmula China es mucho más compleja y la iraní está subordinada a la religión.
Lo importante a destacar es que, sea cual sea la fórmula que usen, son expresiones de gobiernos antiliberales que no respetan ni les importan los DDHH y que consideran que la democracia es una forma de gobierno occidental no aplicable a sus respectivos países.