La política del zig zag
En medio de una crisis global como la guerra en Ucrania, persiste una crisis local, como la que actualmente arrasa a Venezuela y amenaza con instalarse en Colombia.
El gobierno norteamericano tiene su atención fijada en el conflicto europeo y de qué manera puede este impactar a otras regiones del mundo, en particular a lo que eufemísticamente se denomina su “patio trasero”.
Pues bien, en días pasados se han generado en nuestro continente movimientos laterales, casi simultáneos, como la visita de altos funcionarios norteamericanos a Maduro. Por cierto, por invitación de Maduro, supuestamente para convencerles de que la mejor opción que él tiene es reanudar las negociaciones de México y, al hacerlo, enviar su petróleo al golfo del mismo nombre. Pero para que eso pueda ocurrir es indispensable cumplir con ciertas condiciones como la liberación de los norteamericanos ilegalmente detenidos en Venezuela, además de la liberación de presos políticos y el compromiso de fijar una fecha para la realización de elecciones presidenciales libres, lo que necesariamente implica cambios en el CNE y en el TSJ.
Es obvio que la mayoría de las condiciones no se iban a lograr, sin embargo, aparentemente si hubo algunos avances, como el anuncio público y enrevesado de Maduro de reabrir el proceso de negociación de Mexico ¿Se reanudará sin la presencia de Saab y de Rusia?
A veces pareciera que no es ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario, como decía CAP. Por ello, simultáneamente a la polémica visita, Canadá anunció que podía suministrar todo el petróleo que EEUU necesitara, y eso ocurriría a pesar de la resistencia de los ecologistas.
La política exterior, por lo general no se lleva a cabo en línea recta sino en zig zag.