La muerte no es el camino
Pareciera que en nuestro país se está intentando hacer praxis de un lema muy ligado a nuestro pasado hispánico, que no es otro que el de tomar a la muerte como símbolo de la lucha política.
La famosa expresión patria o muerte era la voz de guerra en la insurrección cubana contra los españoles. En nuestro país, dirigentes sin imaginación acuñaron aquella frase Patria, Socialismo o Muerte, que el propio difunto eliminó de su vocabulario poco antes de saber que le quedaba poco tiempo de vida.
Hoy, pareciera que ante la falta de ideas y la sensación terrible de inminente fracaso y quiebre, surje, aunque no de manera explícita, una especie de nueva proclama de guerra a muerte contra todos los que no se plieguen a la » revolución».
Lamentablemente, esta insensata siembra de odio causa, y causará, daños irreversibles en la sociedad venezolana, como ocurrió en San Cristóbal con la tragedia del absurdo asesinato de Kluiverth Roa, a manos de un joven y casi imberbe policía, de apenas 23 años.
La guerra a muerte proclamada por Bolívar fue una mancha en su hermoso historial, que no debería ser tomada nunca como ejemplo, porque glorificar la muerte es una muestra de barbarie y de estupidez que no debería convertirse jamás en el lema de un ser humano.
Pese a que todo pareciera irse desintegrando a nuestro alrededor a una velocidad inusitada, lo cierto es que todos los procesos políticos sufren mayores o menores altibajos dentro de su propia evolución y desarrollo con independencia de la ideología que lo sustente. Y es que dentro de nuestra propia realidad no han dejado de producirse cambios importantes que van señalando el rumbo a seguir en un momento dado ; hoy es la cuestión del odio y sus efectos perniciosos sobre la paz social ; ayer era el ´´dialogo´´ la panacea de todo mal ; mañana pudiese ser el análisis de unos resultados electorales a nivel de las parlamentarias si se llegasen a realizar. En fin, que múltiples sub procesos van retroalimentando los avances y retrocesos de las diferentes fuerzas en pugna hasta el mismo momento en que se produzca un desenlace ´´definitivo´´ que supere las presentes contradicciones.
El pueblo venezolano esta siendo sometido a unas presiones que ya rebasan lo políticamente permitido y que deberían obligar a la dictadura a reflexionar sobre la utilidad de las mismas, cuando precisamente estamos frente a problemas económicos que nos están afectando a todos por igual. Y es que al problema de la escases ahora hay que agregarle el incremento de los precios hasta de los bienes esenciales, producto de una devaluación gigantesca de nuestro signo monetario y una caída en la productividad a unos niveles sin precedentes. Lo cierto es que ´´acelerar los tiempos´´ para y que consolidar el modelo socialista ( comunista ) es un error, pues se pretende que entremos a el por la fuerza y no por la convicción , si es que tal cosa fuese posible.
No se puede hacer creer que no existe la ´´inseguridad´´ cuando la seguridad ciudadana es inexistente. No se le pueden entregar armas letales a policías que son casi niños y que matan a otros mas niños que ellos . Y es que tan grave es la situación que ahora no se atraca para quitarle su cartera a un ciudadano, sino para arrebatarle una bolsa de comida ; o, ver niños aplastados por turbas hambrientas al momento de ingresar a un supermercado para adquirir cualquier bien escaso. Eso no es ni democracia ni socialismo, eso es caos y anarquía que transforma al ciudadano en un animal peligroso y depredador de sus semejantes. Y es que el gobierno no puede eludir el alto grado de responsabilidad que tiene en esos eventos. ¿ No es mas fácil crear un sistema de distribución de bienes a domicilio y no tener que presenciar en vivo tantos desmanes ?. Ideas las hay, lo que no existe es la voluntad política para implementarlas y mantenerlas en el tiempo.
El gobierno no puede reducir su accionar político a un mero aparato de propaganda que presume de unos logros que en realidad no existen o donde sus magros resultados hacen dudar de la eficacia de sus medidas. Y no es que nosotros aprobemos todas las decisiones de nuestros dirigentes políticos que a veces son tan equivocadas como las del gobierno pero al menos son un poco mas sensatas , aunque admitiendo que es mucho mas fácil hablar desde el otro lado cuando no se tiene la responsabilidad de ser gobierno y tener que tomar decisiones ejecutivamente. La verdad – verdadera es que recuperamos la sindéresis y el sentido común, o terminaremos matándonos entre nosotros en medio de odios y venganzas, que aun siendo sentidas, no deberían pasar de un simple desahogo verbal. Y conste que no estamos ni hablando dialogo y reconciliación al modo como se han utilizado esos términos de manera mal sana e interesada, sino de obrar como adultos inteligentes para sanjar nuestras diferencias y al menos, aliviar en algo nuestros conflictos. ¡ Ya no queda otro camino !.