La inestable Suramérica
Pocas regiones en el mundo tienen el potencial de Suramérica. Un territorio pleno de valiosos recursos naturales, libre de conflictos armados y habitado por gente joven.
No obstante diversos elementos han impedido el aprovechamiento de ese importante potencial. A finales del siglo XX se pudieron constituir en la región gobiernos mayoritariamente democráticos, dejando atrás los signos del oprobio militarista. Pero el progreso que auguraba el imperio de la ley bajo las democracias no se concretó, producto de diversas causas relativas a la corrupción y la inestabilidad política, que han dejado a su paso instituciones débiles.
Ahora le toca a Ecuador, cuyo presidente Guillermo Lasso enfrentará un juicio político en el Congreso que podría destituirlo, para sumarse al caso de Perú, con presidenta provisional desde el año pasado, trás el intento de golpe de Estado de Pedro Castillo, quien permanece bajo arresto.
Hace pocos años, en 2019, Bolivia vivió su propio episodio, ante el intento de Evo Morales de ser reelecto fraudulentamente, de acuerdo a un informe de la OEA.
Hasta que el liderazgo político de la región no asuma su rol con madurez, la ansiada estabilidad no llegará. Unas consecuencias que siempre pagan los pueblos con pobreza.