La espiral de violencia se desinflará
Al igual que los vórtices de un huracán pierden fuerza al entrar en contacto con la tierra, así también se desvanecerán las espirales de violencia cuando encuentren el entendimiento de la inmensa mayoría de la población, que anhela vivir en paz y libre de la inquietud que genera la constante amenaza de la detención o, en el peor de los casos, de la violencia extrema.
La violencia es un claro síntoma de debilidad; refleja la incapacidad de un gobierno para mantener el orden social y garantizar el bienestar de sus ciudadanos. Cuando la población se da cuenta de que el gobierno no solo es incapaz de resolver sus problemas, sino que además los agrava, su legitimidad se desmorona. La autoridad pierde su principal base de apoyo y queda suspendida en un frágil hilo de fuerza que la sostiene en el poder.
Es pertinente recordar la famosa frase atribuida a Talleyrand: “Con las bayonetas se puede hacer todo, menos sentarse encima”. Esta reflexión resalta que el poder sostenido únicamente por la represión es insostenible. La verdadera estabilidad y paz social solo se lograrán cuando los gobiernos escuchen las demandas de sus ciudadanos, cuando se comprometan a construir un entorno en el que prevalezca la justicia, la equidad y el respeto por los derechos humanos.
Es momento de que la sociedad, unida en su deseo de paz, aborde esta espiral de violencia con una visión de esperanza y entendimiento. Solo así, el ciclo de violencia se desinflará, dando paso a un futuro donde prevalezca la convivencia pacífica y el respeto mutuo.