La democracia se construye cada día

La democracia no nos cae del cielo. No es una consecuencia automática del desarrollo económico, ni mucho menos un regalo permanente que podamos heredar. La democracia solo existe si hay ciudadanos dispuestos a construirla, defenderla y renovarla todos los días.
Como bien lo resumió Churchill: «Se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras formas que han sido probadas de vez en cuando».
En Venezuela, tenemos la experiencia de saber lo que significa vivir en democracia y, también, lo que implica sufrir bajo dictaduras o tiranías. Esa comparación, tan real y cercana, debería ser suficiente para recordarnos que la libertad no es un estado garantizado, sino una causa que requiere compromiso individual y colectivo.
La lucha por restablecer la democracia es, en esencia, la lucha por un país mejor. Solo en democracia es posible alcanzar la paz, la armonía, la seguridad, el crecimiento, la solidaridad y el conocimiento. Solo en democracia podemos aspirar a convertirnos en lo que siempre debimos ser: una nación en la que prevalezcan la justicia, la integridad, la inteligencia y la creatividad.