La Cumbre se instaló, a pesar de las ausencias
Es penoso ver cómo todavía en algunos países de América Latina se sigue viviendo el mito de los años sesenta, simbolizado por la lucha entre David y Goliat. Cuba nunca fue un David, sino un simple peón en el ajedrez que jugaban geopolíticamente EEUU y la URSS.
Luego, cuando Gorbachov se dio cuenta del peso significativo de mantener a los Castro en la debilitada economía rusa, les quitó la mil millonaria ayuda. Cuba demostró su inmensa fragilidad económica que la llevaba inexorablemente a la quiebra y sólo la pospuso por el milagro Chávez.
Los temas de la Cumbre se refieren a graves problemas de la región, entre otros el cambio climático y la migración, y no, como pretenden algunos desfasados presidentes latinoamericanos, la defensa de las tres autocracias de la región.
América Latina no logra superar sus ciclos de pobreza, no por culpa de EEUU, sino por su incapacidad de entender el futuro y, por ende, no hacer nada para prepararse a enfrentar a los retos que impone la IV revolución industrial.
Del lado de EEUU tal vez deberían escuchar las palabras de Tony Blair, que reclama porque Occidente no ha hecho más en África y en América Latina, para que países económicamente pobres, como Rusia, ocupen espacios sin dar prácticamente nada a cambio, y China, que se impone a través de créditos destinados a reforzar su presencia geoestratégica en esas partes del mundo.
Desde la época de la alianza para el progreso EEUU ha hecho muy poco en la región porque su interés se ha centrado en Asia. Tal vez ahora que quiere impulsar la defensa de la democracia, debería centrar un poco más su mirada a una parte del mundo e incentivarla a realizar cambios estructurales que les permitan ser actores importantes en el nuevo orden mundial.
Hola Emilio
Me gustaría que escribas en uno de tus Editoriales un párrafo sobre cada una de las cuatro revoluciones industriales y profundizando en la situación Actual. Dónde estamos y qué cambios se vislumbran.
Gracias siempre.