El Editorial

La culpa la tiene la vaca

“La culpa la tiene la vaca” es un estupendo libro compilado por Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Inés Bernal Trujillo que hace algunos años se transformó en un éxito editorial y que recogía anécdotas, parábolas, fábulas y reflexiones acerca del liderazgo. El régimen venezolano y sus máximos líderes merecerían un lugar de honor en una obra como esa ya que son verdaderos expertos en esquivar sus culpas y son capaces de culpar hasta una vaca con tal de no aceptar la responsabilidad de nada de lo que ocurre en el país. De hecho, los hemos visto responsabilizar a iguanas y a otros bichos por alguno de los grandes apagones eléctricos que han ocurrido en el país.

Desde luego los principales culpables de la crisis que nos ha venido asolando desde hace dos décadas son, según ellos, los escuálidos, la guerra económica, el imperio y las sanciones.

Por supuesto, actualmente la madre de todas las culpas recae sobre las sanciones que según el régimen son las responsables de que no haya gasolina en el país y de que los venezolanos tengan que hacer colas por horas y horas, a veces días, para obtener unos litros de ese carburante. Pero, veamos, ¿es acaso la vaca culpable de que no haya gasolina?

Antes de la llegada de Chávez al poder, PDVSA fue considerada por Petroleum Intelligence Weekly (una de las más importantes publicaciones petroleras que existen) como la segunda mayor empresa petrolera del mundo, sólo superada por Saudi Aramco de Arabia Saudita. Venezuela producía unos 3,4 millones de barriles diarios de petróleo, contaba con una capacidad de refinación (en el país o en el exterior) de casi 3 millones de barriles diarios, era propietaria total o parcialmente de 21 refinerías en el mundo, tenía una producción petroquímica de 4,1 millones de toneladas anuales, 5,1 millones de toneladas anuales de carbón y su producción de orimulsión superaba las 4,7 millones de toneladas al año.

En Venezuela contábamos con 6 refinerías (Amuay, Cardón, Bajo Grande, El Palito, Puerto La Cruz y San Roque) y producíamos 1,3 millones de barriles diarios de productos refinados. Por supuesto abastecíamos todo el mercado doméstico de gasolina y prácticamente todo el Caribe funcionaba con gasolina venezolana. Nuestras refinerías estaban dotadas de plantas de conversión profunda y craqueo catalítico. Estaban diseñadas como un traje a la medida para las características de nuestros crudos pesados, ácidos y con residuos metálicos.

Pero PDVSA no sólo era la segunda mayor empresa petrolera del mundo. También era de las más eficientes. De acuerdo con cifras extraídas del Seccurities and Exchange Commission de los EEUU, al comparar los indicadores financieros de las principales empresas petroleras privadas del mundo -Exxon, Texaco, Shell, Mobil, Amoco, Chevron, Arco, BP- PDVSA era la que tenía menores Costos y Gastos sobre Ingresos totales, mayor Utilidad en Operaciones sobre Ingresos Totales, mayor Utilidad Neta sobre Ingresos Totales, mayor índice de Solvencia (Activo Circulante sobre Pasivo Circulante), menor Endeudamiento, mayor índice de Solidez (Total Pasivo sobre Total Activo), era la segunda empresa petrolera con mayor Rentabilidad (sólo superada por Amoco). Era también PDVSA entre las empresas petroleras citadas la de mayor crecimiento.

De no haber sido frustrada la Apertura Petrolera por la revolución, y destruída su industria petrolera, Venezuela debería estar produciendo más de cinco millones de barriles diarios y seríamos grandes exportadores de gas, principalmente al mercado de los EEUU.

Esa extraordinaria historia de éxito, que llevó a PDVSA a transformarse en la petrolera de mayor crecimiento a nivel mundial, fue destruída con meticulosidad por la revolución. Hoy deberíamos estar produciendo más de cinco millones de barriles diarios pero según la OPEP apenas superamos los 600.000 b/d. Nuestras refinerías en Venezuela están básicamente paralizadas, no tenemos gasolina y buena parte de nuestra red de refinerías en el exterior ya no existe.

Culpar de ello a las sanciones es como culpar a la vaca.

José Toro Hardy, editor adjunto de Analítica

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4 comentarios

  1. Ma. gniica exposición de nuestra realidad petrolera y sosten de nuestra economia. Durante la vigrncia de este regimen nefasto no se ha hecho lo que recomendo Arturo Uslar Pietri «SEMBRAR EL PETROLEO». Sino todo lo contrario, se a malbaratado el peyroleo y su industria hasta llevarla a la quiebra.

    1. Revisen hacia atras. El pacto de Pinto Fijo trajo la impunidad de la clase politica y ahora llego la cosecha .»Esos lodos trajeron estos polvos»

  2. Todo ha sido ejecutado bajo el plan castrista de imposiciòn de las medidas socialistas en la economìa, y mantener el apoyo de los militares dejando ellos ganar un montòn de dinero entregando cargos jugosos, ademàs con colosal corrupciòn y chantajes.
    En otra palabras los imbèciles antillanos, con sus medidas castristas, se han comido la gallina de los huevos de oro, PDVsa, y la vaca lechera, acabando con la enorme producciòn agropecuaria de Venezuela.
    Un desastre ya conocido: en Cuba, en el año 1957 primer exportador mundial de azùcar, ahora el azùcar se importa.
    De la tierra otrora labrada en la isla, se abandonò el 63%, invadido por marabù, que ya ha legado a la emblemàtica Plaza de La Revoluciòn e La Habana.
    Ya queda demostrado que el sistema socialista en la economìa solo termina con acabar con la producciòn nacional y parir hambruna, miseria, desesperaciòn.
    Parece que el mundo todavìa no sabe porque se desintegrò la URSS: fue por hambre.
    Y tambièn en la Yugoslavia ya no aguantaban màs el sistema socialista: mantener quienes son flojos bajo el dogma de la igualdad? Transferir a èl lo que gano con mi sudor? Eslovenia y Croacia explotaron.

  3. Los que hemos vivido los tiempos a que se refiere el Sr. Toro estamos claros en lo que hemos perdido y las razones expuestas, pero hay un bien que todavía tenemos y que se puede recuperar, es el material humano. Estoy plenamente convencido que cuando sea necesario apelaremos a esta riqueza y Venezuela será otra vez lo que fue.

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