Gobernabilidad y progreso
Para que un país sea gobernable, es necesario cumplir con ciertos requisitos fundamentales. De lo contrario, es probable que la anomia y el caos prevalezcan.
En primer lugar, deben existir instituciones estables y democráticas que protejan los derechos humanos y el estado de derecho. Para lograr esto, es indispensable contar con mecanismos efectivos de rendición de cuentas y supervisión de las acciones del gobierno.
En segundo lugar, el gobierno debe ser capaz de administrar los recursos públicos de manera eficiente y ética. Esta capacidad es tan esencial como la estabilidad institucional.
Por último, es crucial que exista una sociedad civil activa con los mecanismos necesarios para influir en las decisiones gubernamentales. Esto permitirá un diálogo constructivo entre el gobierno y la sociedad sobre los desafíos y prioridades de reforma.
Si estos elementos no se cumplen, lo que prevalecerá será la arbitrariedad, la ineficiencia y la corrupción.