¿Es posible una recuperación sin cambio político?
Existen personas que no sólo creen que es posible, sino que también consideran que podría ser la única vía para detener el deterioro económico del país. Se dice que el régimen estaría dispuesto a hacer concesiones al sector privado, siempre y cuando este no interfiera con la conducción política.
La pregunta que surge es: ¿Será capaz un régimen cuya naturaleza es la intolerancia de transformar su ADN y convertirse en un régimen liberal? ¿Cómo podría generar confianza sin restablecer un estado de derecho, caracterizado precisamente por la división y autonomía de los diversos poderes del Estado?
La Venezuela actual se encuentra muy lejos de ser como China; su modelo se asemeja más al de Cuba, donde sabemos que el desarrollo económico es inexistente debido a un marxismo leninismo de corte más bien estalinista. En contraste, China ha experimentado cierta libertad empresarial y ha aplicado un agresivo capitalismo de Estado.
Lo que sí es característico del régimen venezolano es su habilidad para manejar la propaganda y vender sucesivamente una serie de espejismos de recuperación económica, que terminan siendo meros engaños, ya que la realidad es y sigue siendo muy distinta a los eslóganes publicitarios.
Sin una verdadera transición política, sea cual sea su expresión, y sin avanzar hacia una auténtica democratización del país, no se obtendrá el elemento esencial para la recuperación económica: la confianza. Sin esta última, las inversiones, que son una condición sine qua non para la recuperación económica, no se materializarán.
El camino tendrá que pasar, más temprano que tarde, por una verdadera negociación en la que se llegue a los consensos necesarios que permitan la reconstrucción de nuestro país.
En una democracia ideal la participación de la ciudadanía es el factor que materializa los cambios, por lo que es necesario que entre gobernantes y ciudadanos establezcan un diálogo para alcanzar objetivos comunes. Confiamos en la presencia de un gobierno democrático como lo fue en nuestro país en el siglo XX
En una democracia ideal la participación de la ciudadanía es el factor que materializa los cambios, por lo que es necesario que entre gobernantes y ciudadanos establezcan un diálogo para alcanzar objetivos comunes. Confiamos en la presencia de un gobierno democrático como lo fue en nuestro país en el siglo XX.
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Agradeciendo su atención , muy atentamente
Ramon Pelaez