Es necesario abandonar el mesianismo
Si algo nos ha hecho daño en nuestra historia republicana ha sido el recurrir al pasado “heroico” y tratar de llenar el vacío, la desilusión y la desesperanza con la creación de mitos redentores, siendo el principal y más pernicioso el culto histórico a Bolívar.
Invocar continuamente al “padre” de la Patria, termina por convertirnos en unos huérfanos que necesitan encontrar, en una lectura distorsionada del pasado, todas las falencias del presente. Por eso durante la tiranía de Gómez se buscó darle forma a esa carencia utilizando el concepto del gendarme necesario, acompañado por una difusa propagación de un incipiente bolivariano que fue institucionalizado por su sucesor el general Eleazar López Contreras. Afortunadamente para nosotros, Rómulo Betancourt, respetando la figura histórica del Libertador, no la uso para imponerla como sustituto a la ausencia de una orientación política necesaria para fortalecer a la incipiente democracia. Pérez Jiménez volvió a ella para darle una base “ ideológica» a su dictadura, en particular con la llamada Semana de la Patria.
El paroxismo ocurrió con Chávez, quien, deformando y abusando de la figura histórica del Libertador, pretendió justificar todas sus improvisaciones vinculándolas a un supuesto e inexistente bolivarianismo, que lo llevó a hacer de la reelección permanente su principal motivación política.
Ahora que tenemos el reto y la obligación de restablecer la República civil, necesitamos pensar en cómo construir el futuro deslastrándonos del pasado y sentar las bases de una Venezuela distinta, que pueda crecer en democracia y que ocupe el espacio que le corresponde en la geopolítica mundial.