¿Es inevitable el choque de trenes?
Después de disfrutar una de las mejores y más tranquilas navidades y celebrar con nuevas esperanzas el año nuevo, queda, sin embargo, una aprensión en la mente de todos los venezolanos sobre lo que pueda ocurrir el 5 de enero cuando se instale la nueva Asamblea Nacional.
Muchos, fuera de Venezuela, se preguntarán cómo es posible eso después de que se celebraron unas elecciones libres el 6D, que le dieron un rotundo triunfo a la oposición venezolana al asegurar la mayoría calificada de 2/3.
El presidente Nicolás Maduro, antes de las elecciones, se comprometió públicamente a acatar los resultados, fueren cuales fuesen. Pero resulta que nunca se imaginó que el resultado podía ser tan desfavorable, presumía que el CNE podía «controlar» mejor el proceso y nunca le pasó por la mente que las fuerzas armadas garantizarían la voluntad popular reflejada en las urnas electorales.
Ante esa derrota electoral la actitud del gobierno y de su partido político ha sido generar un clima de conflictividad convocando a sus partidarios a que el 5E salgan a las calles para enfrentarse a la derecha y al mismo tiempo convocaron a una asamblea comunal para disminuir o desconocer a la única constitucionalmente válida. Y si eso no fuera suficiente, para torpedear los resultados decidieron impugnar la elección del «mejor sistema electoral del mundo» en tres estados, para tratar de reducir la mayoría calificada de la oposición.
Evidentemente estas medidas del gobierno conducen a un enfrentamiento inevitable y a un estado de ingobernabilidad en el país en el que se pretende negar la independencia de los poderes del Estado usando alguno de ellos, el judicial, como brazo armado del ejecutivo para vaciar de contenido todas las decisiones constitucionalmente legítimas del nuevo parlamento.
Esta situación es insostenible en el tiempo y mucho más con la crítica situación económica y social que adolece el país y por lo tanto requerirá un desenlace que necesitará un arbitraje que, esperamos y deseamos, surja de la sensatez política y no impuesto por mecanismos inconstitucionales.