El régimen no tiene legitimidad
No solo por violar sistemáticamente la Constitución vigente al desconocer la legitimidad de la Asamblea Nacional. No solo por propiciar la instauración de una ilegítima Asamblea Nacional Constituyente y convocar de manera fraudulenta y extemporánea unas elecciones presidenciales -pret a porter- ilegalizando previamente a los principales partidos opositores y a sus candidatos.
Sino además, por haber usurpado el poder de todas las maneras concebibles, violando lo que se denomina en todo el mundo democrático el “Principio de legitimidad», que consiste en tres puntos esenciales:
1.- Los ciudadanos a los que se les exige obediencia a la autoridad, tienen que percibir que su voz cuenta
2.- Toda norma o ley debe ser predecible, no aleatoria
3.- Tiene que existir una racional previsión de que las reglas que se aplican hoy serán las mismas mañana
Como puede observarse el régimen no cumple con ninguno de los aspectos requeridos para ser considerado legítimo.
Lo importante es que se trabaje, casa por casa, para que todos entiendan las consecuencias negativas de un régimen que se comporta permanentemente al margen de la ley.
La legitimidad se origina en la Constitución del Estado, con sus disposiciones fundamentales y operativas. Allí surge el Estado de Derecho según el cual el Estado se somete a sus propias reglas jurídicas.
A partir de la formación del Estado se irá formando como realidad el entramado social y de Derecho. El iusfilósofo Hans Kelsen creo una teoría pura del Derecho fundada en el orden jurídico, cuyas normas determinan la conducta humana en sociedad.Si el ciudadano acata la norma jurídica lo hace a voluntad; pero si no las acata se aplica el principio del «deber ser». Es decir la sanción por el desacato.
Los principios de la legitimidad han sido expuestos en este editorial. Son válidos en un Estado de Derecho, no en el gobierno ilegítimo que impone la fuerza de las armas para doblegar a la población desasistida.
Es tarea de muchas personas calificadas restaurar la legitimidad en el Estado, y eso se cumplirá acatando los principios constitucionales.