El poder por el poder
Esta es la reiterada consigna del régimen. Lo único que cuenta, lo único que importa, es el poder. El poder ¿para qué?, eso ni se pregunta, ya que lo fundamental es que la revolución vino para quedarse. Que el país se haya deteriorado a tal nivel que nos ubicamos económicamente en el sótano de América Latina, eso no tiene importancia, porque eso no los saca del poder. Que los servicios públicos no llegan, sino ocasionalmente, a gran parte del país, tampoco importa, si al menos a Caracas más o menos llegan con alguna regularidad, porque el poder está en la capital y, mientras ésta no reaccione, el poder no tiene nada que temer.
Ahora, ¿qué sucederá si en lugar de seguir el ejemplo que Caracas dió, el clamor, la movilización, la rabia, vienen de la provincia que, cansada de padecer, decide movilizarse?. ¿Caracas seguirá siendo indiferente ante el drama del país?
Pero ¿de donde va a venir la reacción que le devuelva a Venezuela la capacidad de cambiar el actual régimen arbitrario y despótico?