El Editorial
El peligro del pensamiento fatalista
El fatalismo fomenta la resignación, haciendo que las personas crean que sus esfuerzos son inútiles para cambiar su situación. Esto crea un círculo vicioso de conformismo, donde la gente termina aceptando condiciones de vida inaceptables. Además, esa mentalidad bloquea las iniciativas necesarias para lograr un cambio.
Es evidente que los regímenes totalitarios promueven esta actitud para perpetuarse en el poder, conscientes de que el fatalismo puede desembocar en la resignación colectiva.
Sin embargo, incluso en las sociedades sometidas, siempre han prevalecido aquellos que se han negado a rendirse. Estas personas, a menudo arriesgando sus propias vidas, han luchado por la libertad y, con el tiempo, han logrado victorias significativas.