El asesinato político, recurso de la impotencia
Cada vez que observamos, particularmente en nuestra región, el asesinato como forma de
suprimir a un contrario, constatamos lo peligroso que puede ser tocar los intereses de las
mafias consolidadas . Lo hemos padecido en muchas oportunidades en Colombia y
recientemente en Paraguay cuando asesinaron al Fiscal Marcelo Pecci.
Lo que acabamos de ver en Ecuador, en el que el crimen organizado, muchas veces
vinculado al narcotráfico y a organizaciones políticas, ha asesinado un candidato a la
presidencia de la República, un alcalde y otro dirigente político, es motivo preocupación
para nosotros en Venezuela, porque además del repudio y horror que produce este acto
criminal, en los últimos años han ido ganando presencia a todo lo ancho y largo del país
los cárteles de la droga fortalecidos por sus poderosas relaciones.
Tenemos que entender que la lucha contra el crimen organizado necesita coordinación y
colaboración entre los países de la región porque de otra forma este pernicioso fenómeno
seguirá creciendo al margen, o peor aún, con la permisividad de los Estados.