El antagonismo
El antagonismo como método es característico de los regímenes políticos de corte ideológico totalitario, ya que su esencia radica en la creencia de representar la única vía para la redención social. Esto fue lo que definió a regímenes aparentemente opuestos como el leninismo soviético y el fascismo de Mussolini, los cuales, como bien demostró Hannah Arendt, eran las dos caras de una misma moneda.
Cuando se está convencido de poseer la verdad absoluta, todo aquel que no comparte esa visión se convierte en un hereje o un renegado. Lo curioso, históricamente hablando, es que todos aquellos que han gobernado bajo una ideología totalitaria han dejado pronto de lado la doctrina, limitándose a ser meros detentores del poder por el poder.
El mejor ejemplo en nuestra región es el castrismo en Cuba y el chavismo-madurismo en nuestro país. Al igual que ocurrió en los países de Europa del Este, y como deberá ocurrir en nuestro continente, la paz y la libertad solo se recuperarán cuando estos regímenes pierdan el poder.