Duélale a quien le duela
Juan Guaidó no es un presidente por capricho de algunos dirigentes que parecen pensar más en sí mismos y sus intereses restrigidos a no mucho más allá de sus narices, sino porque la Constitución Nacional fue violada y eso llevó a un desconocimiento de unas elecciones fraudulentas que sí violaban la Constitución, y en consecuencia a la necesidad, prevista en la Constitución, de señalar la ausencia de presidente y la urgencia, también prevista en la misma Constitución, de que quien fuese el presidente de la Asamblea Nacional, cubriese esa ausencia como presidente encargado, que es lo que es Juan Guaidó.
Puede que a algunos dirigentes políticos, que sienten pasar el tiempo sin poder quitarse de encima la dictadura pero perdiendo popularidad, y el propio castromadurismo gobernante que gruñe entre rivalidades internas y un país con pequeñas burbujas que no resuelven la pobreza nacional, Juan Guaidó les moleste y pretendan controlarlo, pero eso es herirse con su propio cuchillo. Porque Juan Guaidó, sea el mejor o no, nos caiga bien o mal, tiene de su parte la Constitución y la decepción popular que afecta a todos los partidos. Además del reconocimiento internacional.
Estimado Emilio
Comparto a plenitud el editorial.
Randy Brewer presentó sus observaciones a la pretensión de algunos dirigentes limitar o restringir las facultades del Presidente Interino. Y dejo muy claro que el Gobierno Interino es el gobierno legítimo del país.