Dos hechos y una sola tragedia
Durante los últimos días dos noticias han impactado a la opinión pública venezolana. Por una parte, las dimensiones de la corrupción en el manejo de los fondos públicos reconocidas desde el alto Gobierno y cuyos montos revelados constituirían el mayor desfalco conocido a una nación, y por otra, la tragedia vivida en México por 38 emigrantes, 12 de ellos venezolanos, que perdieron la vida debido a un incendio en un centro de detención en Ciudad Juárez.
Ambos hechos, que parecen inconexos, realmente tienen un vaso comunicante. De estos venezolanos apenas uno llegaba a los 30 años de edad. Eran jóvenes cuyas esperanzas en el país habían sido calcinadas previamente por la terrible crisis económica.
La corrupción, igual que el terrorismo y la guerra, matan. Pero su acción es lenta y cruel. Se evidencia en los niños con hambre con su futuro comprometido, en servidores públicos famélicos, en ancianos con derechos humanos confiscados y miles de hombres y mujeres que abandonan a todo riesgo su tierra en búsqueda de oportunidades. ¡Es momento de detener esta tragedia!