El Editorial

¿Dónde estamos hoy?

Los acontecimientos de los últimos días han arrojado mayor claridad sobre la crisis que vive Venezuela. Por un lado, el respaldo popular a la convocatoria ciudadana del 9Ene fue contundente. Sin embargo, las extrañas circunstancias en torno a la detención y posterior liberación de María Corina Machado, sumadas a la juramentación inconstitucional de Nicolás Maduro en el Salón Elíptico de la Asamblea Nacional —una institución que ya carga sobre si con el peso de su propia inconstitucionalidad—, evidencian una grave ruptura del orden democrático.

Como señaló Machado desde su refugio, lo ocurrido ayer no fue más que la consumación de un golpe de Estado. Se proclamó a un presidente sin pruebas fehacientes de su triunfo electoral, dejando en evidencia la ilegitimidad del acto.

La escasa presencia de líderes internacionales en la ceremonia —limitada a los mandatarios de Cuba, Nicaragua y Antigua y Barbuda—, junto a la notable ausencia de la mayoría de países latinoamericanos y europeos, refuerza el aislamiento internacional del régimen. Esto dista mucho de lo que debería ser una proclamación presidencial legítima y respaldada.

¿Qué sucederá ahora? Lo veremos en los próximos días. La realidad es que Venezuela está gobernada por un régimen de facto, una situación que, aunque difícil, abre paso a la inevitable transición hacia un gobierno legítimo y democrático.

Vendrán días tensos, sin duda, pero también es cierto que más temprano que tarde serán sustituidos por la alegría que traerá el retorno a la democracia constitucional. El pueblo venezolano ha demostrado su fortaleza antes, y esta vez no será la excepción.

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