Divide y… ¿vencerás?
Vivimos tiempos aciagos y confusos. En alguna medida se parecen, guardando las distancias del caso, a la situación dilemática vivida en Inglaterra en 1940.
En aquel momento histórico lucía indetenible el avance del fascismo alemán, que estaba ocupando militarmente gran parte de Europa continental y que, a todas luces, iba no solo a derrotar al cuerpo de ejército inglés acorralado en Francia, sino que la invasión a la isla era una posibilidad cierta.
Ante esa dramática situación la mayoría del partido gobernante estaba dispuesta a pactar con el dictador para evitar la invasión y sólo la oposición laborista se negaba a rendirse. Allí surgió, casi por esos hechos históricos que no tienen explicación, la figura de Winston Churchill, hombre tenaz y de principios, que supo oponerse a pactar con el diablo y decidió resistir y luchar por preservar la libertad. El resto de la historia es conocida, después de 5 años de ardua lucha y grandes sacrificios, el nazismo fue derrotado.
¿Qué lección se puede extraer de esos hechos históricos? La principal es que hay que luchar por preservar, o en nuestro caso, recuperar la libertad y que pactar con los que practican antivalores no conduce sino a mantener para siempre la subyugación.
El régimen que mantiene secuestrado el poder en Venezuela no es una expresión más de nuestra vida democrática. Es un sistema que se sostiene por la intervención descarada de fuerzas extranjeras, bien sean armadas, como las guerrillas colombianas, o de otra naturaleza, como las que llevan a cabo las decenas de miles de militares cubanos o Rusia, y ahora supuestamente de Irán, con suministro de equipos bélicos.
Sabemos hasta la saciedad no sólo por la práctica, sino porque lo han declarado expresamente, que ellos no están dispuestos a entregar el poder, ni por negociaciones, ni mucho menos por elecciones. Es una falacia pretender compararlos con Polonia o Chile y creer que sumándose a la farsa y fraudulenta elección del 6D va a producirse un cambio de régimen en el país. Basta ver no sólo el control total del régimen sobre el acelerado proceso electoral, sino la proliferación de listas que se disputan los curules disponibles.
El argumento de que el 80% o tal vez más rechaza a Maduro, no significa que esa misma cantidad de personas vaya a votar mayoritariamente por una de esas listas (si es que en realidad los ciudadanos estuviesen dispuestos a votar por candidatos “prêt a porter”) y lo único que definitivamente ocurrirá es la prolongación en el tiempo de este agónico régimen , ya que no luce previsible que la “nueva” AN esté en condiciones de resolver las terribles condiciones en las que está sumido nuestro país.
Más bien lo que logrará esta participación pactada con la dictadura es dividir aún más a las fuerzas que se oponen desde hace muchos años a la dictadura, y prolongar la insostenible agonía.
Tocayo, palabras acertadas. Siguiendo tu analogía de la II Guerra Mundial, en realidad fue al intervención de EEUU que derrotó al nazismo, no Churchill actuando solo. ¿Quien será nuestro EEUU? Con un aislacionista como Trump, no lo veo. ¿Brasil y Colombia? Antihistórico. Solo queda la calle, que creo que es lo que ha estado abandonado. Saludos y abrazos a ti y Claudia, LIN