Cultura y resistencia
Nada puede molestar más a un autócrata –de cualquier rincón del mundo- que la cultura. Y es que ante el dirigente político opositor que da un discurso en la radio o al ciudadano que muestra su desacuerdo con el poder, la represión estatal puede ser la opción preferida, pero no es lo mismo silenciar la expresión artística.
Un humorista que ridiculiza al poder con sus chistes, una canción que atenta contra el interés político dominante o una obra de teatro que estimule el pensamiento crítico, pueden ser ejercicios de resistencia.
Por eso, al régimen cubano le molestó tanto la canción “Patria y Vida” del grupo Gente de Zona, en contraposición del “Patria o Muerte” comunista, por eso el grupo de punk ruso Pusy Riot, integrado por puras mujeres, fue a dar a la cárcel y por eso en otras partes se suspenden conciertos, bajo la sospecha de que su realización no le gustará al mandamás.