Cayeron en su trampa
Meter en la cárcel con los eternos argumentos de traición a la patria e incitación al odio a los dirigentes de Fundaredes, no es un acto de justicia, ni siquiera de control nacional. Ha sido una estupidez, dar argumentos a los adversarios, convertir en mártir y víctima a venezolanos cuyo pecado fue revelar y difundir lo que el régimen, civil y militar, ocultaba o tergiversaba.
Pero esto, sumado a las circunstancias sorpresivas de dos desfiles militares tradicionales en Venezuela, sólo indica nerviosismo en el régimen, civil y militar. Avisa que el Gobierno ha perdido el rumbo, que los militares no impresionan al Poder Ejecutivo y que éste no sabe bien qué hacer con sus bayonetas, que la salida de miles de sargentos no es casualidad, es un problema grave.
Lo peor del caso es que Maduro no puede decir que las derrotas en Apure y el arresto de la gente de Fundaredes son causadas por las sanciones, como tampoco que ante la falta de pago a las organizaciones panamericana y mundial de salud pueda justificarse que el Covid-19 permanezca estable en Venezuela y que se vaya a pagar a los cubanos por vacunas sin certificación, para las cuales miles de venezolanos vayan a servir de tontos útiles.