Cambio de ministros
Un cambio de integrantes del tren ministerial debería significar un cambio en la política de Gobierno.
Un Presidente puede cambiar uno o varios ministros porque considera que otras personas pueden sustituirlos con mejores resultados. Desconfiar de un cambio de Gabinete, criticarlo, es no tener confianza tampoco en que las cosas van a mejorar. Y podríamos asegurar que eso es lo que está pasando en Venezuela. Por eso, desde esa perspectiva, Maduro debería reflexionar. Es su responsabilidad.
Luce demasiado claro que la situación no marcha bien, que existe demasiado descontento y que los problemas crecen y alteran a todos los ciudadanos. La caída de la economía no es consecuencia de sanciones, sino producto de errores graves en la ejecución interna, que no se van a arreglar porque algunos empresarios aseguren que hay cambios, ni por delirios fabulados de Maduro y sus principales funcionarios cuando hablan en público. Tampoco se van a corregir porque se cambien (o enroquen) algunos ministros, que no son más que ejecutores de una guía marcada.
El primero que tiene que cambiar es Maduro, entender que un país que venía mal, está ahora mucho peor que cuando lo recibió.
La transparencia, el acceso a la información pública y la rendición de cuentas son los ejes fundamentales para el desarrollo democrático en un Estado constitucional de derecho, ya que fortalecen el diálogo y la interacción entre el gobierno y los ciudadanos, en un espacio de libertad y respeto a los derechos humanos.
Las herramientas de transparencia sumadas a la participación ciudadana, las tecnologías de la información y el buen gobierno son el germen del gobierno abierto. una gobernabilidad democrática sólida y legítima, capaz de atender y articular los intereses de la población, coordinar esfuerzos entre todos los actores sociales es condición necesaria para enfrentar con éxito los inquietantes desafíos sociales de nuestro país. la lucha contra la pobreza y la desigualdad y el fortalecimiento de la gobernabilidad democrática son objetivos que se complementan mutuamente: uno no puede existir sin el otro y ambos son la base para la promoción del desarrollo humano en toda la región.
La democracia venezolana ha confrontado una etapa de transición que no concluye. Y la crisis a raíz del declive de los partidos políticos como puentes idóneos para dirimir el conflicto social sigue vigente. Ello ha minado las formas representativas de pensar la democracia y sus instituciones políticas de la mano de la ingobernabilidad política.
No hay cambios en los funcionarios de los ministerios de la economía, que es lo fundamental; y en Cancillería se designa a alguien que tiene carrera diplomática pero lo más relevante en este caso es su vínculo con los hermanos Rodríguez