Arabia Saudita y Rusia impulsan al alza el precio
El reciente acuerdo suscrito en el seno de la OPEP, de disminuir en dos millones de barriles diarios la producción de petróleo es un estímulo que sino busca el alza de los precios del petróleo por lo menos pretende su estabilización en la recesión.
Se puede leer de diferentes maneras: por un lado, la recuperación por parte de la OPEP del control del mercado; también como un chicken game con los EEUU; y por último, como un pequeño suministro de oxígeno a Putin.
La realidad indica que nadie está interesado en un alza vertiginosa de los precios, porque ello pudiera producir una caída estrepitosa en la demanda, el juego consiste en intercambiarse señales para mantener un equilibrio precario.
Tal vez, aunque no luzca por ahora probable, es que cada día es más conveniente un acuerdo entre las dos grandes potencias mundiales, así este sea subrepticio, para poner orden en una situación caótica que perjudica a ambos.
El mundo se está definiendo en función de áreas de influencia y eso avanza como las placas tectónicas, pero puede, como en ellas, producirse ocasionalmente más de un terremoto, por lo que la incertidumbre será el factor determinante de los próximos años.