¿Aceptará el régimen elecciones libres?
Son muchos los que creen que el ADN del régimen no permite que se lleven a cabo elecciones presidenciales en las podrían verse obligados a ceder el poder. Esa reflexión no está desligada a la realidad en la que venimos viviendo desde hace 23 años. Las consecuencias de perder el poder podrían ser catastróficas para una clase dirigente que entonces se vería obligada a responder una plétora de hechos ilícitos cometidos a lo largo de más de dos décadas.
Pero ¿y si ese fuese el único camino para sobrevivir? ¿cuáles serían las condiciones que exigirían para abrir, progresivamente, las condiciones necesarias para iniciar una transición hacia la recuperación en todos los ámbitos del país?
Ese es el dilema principal a resolver en México. ¿Se logrará negociar una solución aceptable para todos? es decir, crear un modus vivendi que conduzca paulatinamente hacia una democratización y reinstitucionalidad de Venezuela. Hoy se ve muy difícil que eso ocurra, pero tal vez el cambio en las circunstancias internacionales pudieran allanar el camino.
De no lograrse algo que abra una ventana a un cambio en la manera como han gestionado al país, lo mas probable es que la situación interna se desmorone y las consecuencias sean tan graves que la válvula de escape de la emigración no sea suficiente y la reacción de una población desesperada puede generar consecuencias hoy imprevistas.
Las cabezas pensantes deben resolver el dilema shakespereano de qué es mejor: ser o no ser instrumentos de un aterrizaje suave o sucumbir en un colapso total.