2023, un año difícil para salir de la dictadura
La fractura causada por el G3 en el frente opositor será una tarea difícil de resolver.
Ahora la salida de Maduro ya no es prioridad. La tesis que prevalece es la de un entendimiento que permita una cohabitación con el gobierno (ya no se menciona la palabra régimen), a través de la cual la oposición oficialista pueda tener más espacios para ejercer un gobierno local o regional hasta que en 2024, o tal vez en 2023, enfrente a Maduro con un candidato de consenso ¿Capriles?, lo que implicaría que la oposición democrática tendría que tener el suyo, que sería producto de las primarias.
Con 3 candidatos compitiendo, las probabilidades de que Maduro triunfe son muy grandes, a menos que el candidato de la oposición democrática sea aceptado por la población como la única verdadera opción de cambio y el candidato de “consenso” del G3, sea ampliamente rechazado por el colectivo.
Esa posibilidad tendrá que enfrentar a una apabullante y costosa campaña electoral que pretenderá polarizar a Maduro con ¿Capriles?, dándole espacio en todos los medios, lo que no será el caso del tercer candidato para que salga un nuevo presidente “legitimado”.
Ese es el escenario previsto y “acordado” en la infausta maniobra del 30 de diciembre de 2022.