2022 será mejor sólo si nosotros lo hacemos mejor
Las naciones no son motores avanzados que funcionan solos. Las naciones somos nosotros, los hombres y mujeres, los viejos y los jóvenes, que tomamos decisiones. En esta Venezuela nuestra, durante demasiado tiempo, hemos dejado las decisiones, confiando en que nos beneficien, en las manos y los intereses de unos pocos dirigentes. El fracaso es evidente.
Para construir una Venezuela mejor, para beneficio de todos, no podemos simplemente sentarnos a esperar al buen caudillo, sea civil o militar, sea rico de origen o pobre de tradición.
Para construir esa Venezuela que siempre hemos soñado no puede bastarnos aquella riqueza petrolera que una vez unos pocos sacaron de la tierra para venderlo bien y que todos recibiéramos algo. Esa cómoda resignación ya terminó.
Para construir esa Venezuela digna, sólida, de la cual nos sintamos orgullosos y en la cual podamos vivir con confianza, tenemos que dedicarnos nosotros mismos, ciudadanos de todo nivel, edad, formación y expectativas, porque forjar un país no es trabajo de unos pocos que por ellos esperan ser seguidos y obedecidos, sino de todos sin excepciones.
Nos han sobrado gobernantes y opositores, aduladores y rebeldes. Lo que nos ha faltado es conciencia y voluntad de unión en el compromiso y el esfuerzo de hacer realidad el país que quisiéramos tener y todavía no tenemos.
Venezuela no es lo que nos imponen, Venezuela debe ser lo que cada uno de nosotros esté dispuesto a hacer. Y votar no es suficiente.
Dicho esto queremos, al despedirnos de ustedes hasta principios de enero, desearles una muy Feliz Navidad y fiestas de Fin de Año.
En Analítica creemos sinceramente que el 2022 nos deparará mejores noticias y esperamos que todos quienes vivimos en este amado país lo convirtamos en un año de gloria.
Al tratar de la siitucion del Estado vnezolano, se presenta la idea de «Estado fallido».
Cualquier definición de un Estado fallido necesita comenzar con una comprensión de las definiciones distintas de un Estado. Cómo se define el Estado es central para entender la falla estatal.
En la legislación internacional, un “Estado” dado existe cuando una entidad política es reconocida por los otros Estados como la autoridad política máxima en un territorio específico, y se trata como un igual en la comunidad internacional de Estados.
La condición de Estado no requiere reconocimiento diplomático de los otros Estados, sino más bien un reconocimiento de que éste existe. Otra definición común en derecho consuetudinario internacional dice que la condición de Estado existe sólo cuando una entidad política determinada posee una población permanente, un territorio definido, un gobierno y la capacidad de entrar en relación con otros Estados.
La definición clásica sociológica desarrollada inicialmente por Nicolás Maquiavelo enfatiza el uso de la fuerza, y sólo la fuerza, como el elemento fundamental de un Estado. Max Weber elaboró en esta idea su definición de condición de Estado: “un Estado es una comunidad humana que reclama el monopolio del uso legítimo de la fuerza física dentro de un territorio”, incluso cuando “el derecho de uso de la fuerza física es atribuido a otras instituciones o a individuos, solamente hasta donde el Estado lo permita”.
Una definición más amplia del Estado involucra la idea de un contrato social que se enfoca en la relación entre el Estado y el ciudadano. Esta idea fue desarrollada por el filósofo político inglés Thomas Hobbes, cuya argumentación es que los individuos que viven sin un Estado o sin un imperio de la ley, se encuentran en una situación de guerra, de todos contra todos, donde la vida es solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta. Los individuos harían voluntariamente un contrato social con un gobierno absolutamente soberano –el Estado– cediendo su libertad a cambio de una paz y seguridad garantizadas.
El término “Estado fallido” ha sido admitido y se ha referido a un nuevo fenómeno inquietante, a través del cual un Estado llegaba a ser totalmente incapaz de mantenerse como miembro de la comunidad internacional. Se argumentaba que un Estado fallido pondría en peligro a sus propios ciudadanos y amenazaría a sus Estados vecinos a causa del flujo de refugiados, inestabilidad política y guerra al azar. Se adopta un entendimiento de la falla estatal ando el gobierno central pierde el monopolio de los medios de la violencia. En el sentido más amplio de fracaso estatal, se desarrolla la idea de falla estatal del contrato social. El fracaso estatal ocurre cuando las funciones básicas del Estado se dejan de ejecutar. Se trata de una situación donde la estructura, la autoridad (poder legítimo), las leyes y el orden político se han desintegrado
El fracaso del Estado puede ocurrir en muchas dimensiones, tales como la seguridad, el desarrollo económico, la representación política, la distribución de los ingresos, etc.
Los Estados-nación fracasan porque no pueden seguir suministrando bienes políticos positivos a su gente. Sus gobiernos pierden legitimidad, y en los ojos y en los corazones de una pluralidad creciente de ciudadanos, el Estado-nación mismo se vuelve ilegítimo.
VENEZUELA ES DE TODOS.
Diciembre 2021
Para la elaboración de un plan de rescate del país, dentro del marco político tradicional, bastaría con dejar que un conciliábulo de los políticos de siempre impongan su visión sobre la modernización nacional. Es muy importante que quien se sienta capacitado o grupo de ciudadanos, elaboren y participen con sus propuestas. Pero esas propuestas deben ser expuestas y discutidas por toda la población. Tomando el tiempo necesario para que se pueda convocar una consulta que decida a través de una consulta popular. Hay que discutir y abrirse al debate público en todos los ambientes y medios donde sea posible, enfrentando distintos puntos de vista.
Es conveniente para elevar la moral personal, la familia y del país, que todos participemos activamente con nuestro trabajo y esfuerzo en la formación de la riqueza nacional. Actuar en distintos campos de la producción, comercio, y servicios, de manera independiente en el sector privado, más que como tradicionalmente, empleado público.
Los ingresos petroleros quitados al Estado, solamente deben ser empleados, por decisión de los venezolanos, en reducir las diferencias educativas y de salud entre la población; con miras a integrarnos todos en una sociedad coherente, armónica integrada por ciudadanos orgullosos de su ciudadanía.
La inconsciencia ciudadana, la falta de participación, el desinterés, la indolencia y falta de identidad con la patria, está presente en toda la población. Entre la población marginada, la clase media, universitaria y hasta entre los más ricos. Es muy normal también encontrar quienes se consideran privilegiados de cuna o fortuna, postura social muy peligrosa para generar identidad nacional, pues disponen estas personas constan de recursos y argumentos que contribuyen a desmoralizar, induciendo desidia, desinterés y bajas expectativas entre toda la población susceptible a sus argumentos.
Tenemos universitarios de alto nivel educativo que se desentienden de la situación socioeconómica de Venezuela porque su ejercicio profesional, sus conexiones o riqueza heredadas le han permitido identificarse como exitosos. Bastando su éxito social y económico para establecer que quienes no han obtenido éxitos se deba a condiciones propias del afectado, sin pensar que en parte puede ser por esa condición, la prosperidad de la sociedad y sus integrantes depende de las libertades y derechos que el Estado permitan. Ocurre en nuestras casas de estudio, quienes han obtenido títulos de altos estudios, se asumen a sí mismos como superdotados o elegidos, colocando su ego como herramienta de ascenso sin tener suficientes aportes útiles como investigador ni como docentes. El servicio público que debería prestar la universidad al país depende del enfoque didáctico que ofrece a sus estudiantes. Suponen que la comunidad y la sociedad les debe reconocimiento, por el nivel de estudios alcanzados, sin haber realizado ningún aporte significativo más allá que el logro académico. Los universitarios con un enorme ego es un problema que se heredó de la universidad medioeval, que no ha podido corregirse por los estereotipos que prevalecen entre aun en las casas de estudio y la sociedad misma. Este tema lo abordaremos cuando analizaremos la educación como factor de desarrollo socioeconómico.
Sin la conciencia suficiente sobre la situación por la que atraviesa Venezuela, entre la población de mayor nivel educativo. Estos continuando “creyendo” o haciendo análisis sobre lo aparente, haciendo imposible contar con suficientes personas como motor de cambio, pues quien crean y no estén identificados con la realidad nacional. Siembran confusión, convirtiéndose además en factor de desánimo.
Mientras no se aporte y contribuya en la toma de conciencia sobre la situación del país, entre la mayoría de los integrantes de la sociedad; serán muy difícil tener una convocatoria con alto nivel de posibilidad de fracasar; retrasando y hasta poniendo en peligro la conformación de una patria donde cabríamos todos.
Es necesario colocar como prioritario el desarrollo nacional, convocando a participar a toda la población, independientemente de su nivel educativo, pero empleando, al menos una visión común hacia donde se desea conducir el Estado y la sociedad. Cometiendo errores y teniendo éxitos es posible alcanzar un aprendizaje conformado sobre experiencias compartidas, es por eso que esta propuesta se lanza ahora, luego que la mayoría tenemos una experiencia compartida por más de 20 años que nos permite estar de acuerdo al menos en lo que no deseamos que continúe siendo.
Los gobiernos de la IV Republica permitieron y se hicieron cómplice de intereses extranjeros. Los de la V, nos robaron descaradamente. Pues en ambos casos el Estado se los permitía, hasta obviando el supuesto poder originario que reconocieron en la Constitución del 99.
Hagamos algo, al menos comprendamos todos que si no se le quita al Estado las riquezas petroleras y mineras, estaremos siempre bajo su voluntad, en calidad de súbditos vasallos. Al menos estemos consientes del poder original que todos tenemos entre nuestras manos para pasar a usufructo de la educación y la salud de nuestra población. Aprobando unas leyes severas contra el peculado, malversación y otros delitos de lesa patria. Temas que desarrollaremos más adelante.
Al menos poniéndonos de acuerdo en la necesidad de conformarnos en una sola y única sociedad, sin marginados ni privilegiados y además, de pasar las riquezas petroleras y mineras a manos de la población en carácter de socio accionista, para emplearlas en salud y educación. El resto de esta propuesta es negociable.
Lo importante es tomarse el tiempo necesario para generar la visión del país que necesitamos para desarrollarnos, compartida entre la mayoría de la población. A partir de allí, avanzaremos, controlando al Estado y a sus distintas instancias de poder.
Lo realmente crucial además de reestructurar el Estado, es que la población conozca y comparta, al menos su mayoría, la visión del país que necesitamos para poder desarrollarnos como nación, sociedad y personas. Punto de partida para poder evaluar la gestión gubernamental así como escoger los nuevos gobernantes que se propongan.
Para ello es necesaria la participación de la población de manera consciente en las tomas de decisiones: Primero para ejercer la potestad que nos hemos dado colocando al Estado a nuestro servicio y segundo, para construir un país donde nuestros hijos y nietos tengan la posibilidad de vivir felices con disfrute pleno de nuestros derechos como ciudadanos orgullos de ser venezolanos.
No tengamos temor en incurrir en errores, sus consecuencias es la única vía para formar la población consiente y participativa. Permitámonos cometer desaciertos que al enmendar, aprenderemos la importancia de conocer con la mayor precisión posible el compromiso que tenemos por delante, desmontar falsos ídolos, eliminar creencias sin sustento real y poder de esta manera, confiar cada día más en nosotros mismos como personas y como comunidad. Para de esta forma poder encaminar al país por una senda de progreso sustentado en su gente y no en sus riquezas.
Para ello sería necesario cambiar la manera de valorar el esfuerzo personal por encima de valorar más la riqueza que al ser humano, así como su capacidad de aporte. Se tendría que apreciar y utilizar el saber profundo sobre diversos temas, de esta manera como reconocer los aportes individuales y las acciones colectivas en beneficio de la sociedad. Tendríamos que valorar el esfuerzo del hombre que trabaja la tierra. Pero nosotros valoramos títulos pero no saberes. Valoramos apellidos no obstante no la probidad, y la capacidad de aporte a la sociedad. Valoramos los requisitos sin tomar en cuenta si se han logrado las condiciones.
Para ser plenamente conscientes y dueños de nuestro destino no podemos basar nuestras opiniones, conocimientos ni acciones en juicios subjetivos, no dogmas, ni creencias. Usted puede ser creyente de la religión que desee, sin embargo, para decidir sobre el futuro común no podemos seguir basándose en dogmas o creencias religiosas, pues el otro también está en ese derecho. Al no podernos de acuerdo, se requiere que la “verdad” sea sustituida por una noción objetiva de la realidad. Su ego debe dar paso a la humildad que otorga aportes concretos y útiles. No es conveniente, emplear posturas ideológicas, así como tampoco posturas político-partidistas, pues desgastan, consumen tiempo y sobre todo desunen. Nuestras afirmaciones, antes de formularlas, tome el tiempo de verificarlas. La fe en sus propias capacidades y habilidades físicas, intelectual y en saberes pertinentes, es muy necesaria. Venezuela requiere de una integración social basada en la capacidad de aportes y la unión de sus ciudadanos. Cualquier otra idea discútala entre amigos y allegados, cuando esté suficientemente claro, láncela en la plataforma que se desarrollara para ello.
Debemos ser creativos y utilizar las redes sociales para educarnos y apoyarnos en la educación a distancias, para educar y formar la mayor cantidad de personas. Formar de la forma más amena y concreta, impartiendo conocimiento útil y práctico para que salgamos lo antes posible de la situación desastrosa donde estamos, educando en conocimiento útil y pertinente.
Así como nosotros mismos contribuimos en caer en este atolladero en el que nos trajera este oprobioso régimen. Ahora todos debemos comenzar en contribuir en salir todos del problema en que nos metimos. Aquí nadie puede decir que está libre de pecado, así como tampoco puede permitir seguir en él. Todos y cada uno de nosotros debemos y podemos contribuir, sin temores, vergüenza, pero tampoco con egos desorbitados, de una sapiencia suprema. Todo somos capaces de aportar y somos necesarios.
CAMBIANDO EL ESTADO
Diciembre 2021
El empoderamiento del pueblo fue un concepto que se generó en el siglo XVIII previo a la revolución francesa, como parte del desarrollo ideológico burgués por los enciclopedistas que luego citaremos. Como veremos más adelante, empoderar al pueblo no es una concepción chavista ni nueva. Es una idea que se oponía a la monarquía soberana con la soberanía popular, si no parte de desarrollo ideológico de siglo de la ilustración. Una idea de intelectuales burgueses para poder modernizar el Estado republicano, cónsono con lo requerido por el desarrollo del sistema capitalista.
Debemos mantener ese precepto en la nueva Venezuela ya presente en la Constitución del 99. Algunas personas piensan que es necesario educar previamente al pueblo para poder empoderarlo. Nuestro enfoque es contrario. Al enfrentar a las personas ante la necesidad de participar conscientemente frente a los grandes problemas que enfrentará el país, el pueblo hará su mejor esfuerzo para hacer frente a la toma de decisiones requeridas, sintiéndose en la necesidad de aprender ante el reto que la realidad impone. La necesidad de aprender lo más rápidamente posible. Para poder retomar el tiempo perdido, el esfuerzo es de todos. Y todos enderezaremos los entuertos que el camino hacia el futuro se vaya presentando
El Estado bajo el régimen madurista se ha colocado a espalda de la ciudadanía, las leyes y normas convirtiéndose en un Estado fallido.
Desconociendo la Constitución, el marco legal, la separación de poderes además excluyendo y enajenando la población ha empobrecido y profundizado la exclusión, la pobreza según últimos reportes sobrepasa el 80 % de la población, se ha quedado sin protección, seguridad ni servicios esenciales como la salud.
Uno de los datos más preocupantes de la encuesta son los del desempleo, que afecta a 8,1 millones de venezolanos para los que no hay trabajo ni incentivos para trabajar. Los que trabajan son 7,6 millones, y casi la mitad de estos quisiera trabajar más horas, porque producto del confinamiento y la crisis de movilidad gran parte del país redujo en cuatro horas su jornada. En el grupo de los inactivos están 3,6 millones de desalentados que dejaron de buscar empleo y 1,5 millones de mujeres con hijos que no pueden trabajar por tener que cuidarlos. Solo un tercio de las venezolanas tiene ocupación, muy por debajo de la tasa de América Latina incluso después del retroceso que trajo la pandemia. Entre 2014 y 2021 se ha reducido el empleo formal en 21,8 puntos porcentuales, lo que significa 4,4 millones de puestos de trabajo, el 70 % son del sector público y el 30 % del privado. Únicamente el último año desaparecieron 1,3 millones de empleos lo que ha llevado a que 1 de cada 2 trabajadores esté por cuenta propia. (El País, España, 2021)
La cruda realidad en Venezuela, sin embargo, va mucho más allá. Y esto es justamente lo que refleja la última Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (Encovi), realizada por un equipo investigador conformado por académicos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y la Universidad Central de Venezuela (UCV). La Encovi 2021 (que es la séptima edición, pues se creó desde 2014) muestra un panorama devastador en cuanto a la pobreza, la desigualdad, el trabajo y la migración, entre otros problemas sociales. Por ejemplo, el 94,5 % de la población del país sudamericano se encuentra en algún nivel de pobreza. El más notorio es la pobreza extrema, en el que se encuentra 76,6 % de la población de Venezuela. A este dato se le unen muchos más, como el de brecha salarial de género (los hombres ganan casi 18 % más que las mujeres) o el de esperar más de 2 horas en promedio para poder comprar combustible con bolívares, la ultra devaluada moneda oficial del país… Casi toda la población en Venezuela es pobre. La Encovi menciona que en 2021 el 94,5 % de los habitantes del país se encontraba en algún nivel de pobreza. El 76,6 % de la población vive en pobreza extrema. (CNÑ, 2021)
Referencias periodísticas que muestran la crítica situación y descomposición de la sociedad venezolana. La población se encuentra desprotegida en indefensión frente a los desmanes del régimen. Que si bien es perjudicial para el bienestar de la población; esta desgracia nacional permite catapultar al pueblo como poder original y exijamos un cambio radical de la Constitución para modernizar el Estado y sus empresas para realmente colocarlos al servicio del pueblo.
Es necesario reestructurar las relaciones Estado-sociedad, para también hacer sentir la patria en todos los rincones del país que potencie el sentido de pertenencia e identificarse con Venezuela. Es necesario hacer sentir como suya el país en toda la geografía nacional. Integrando la sociedad, el territorio, los servicios públicos, los derechos y sobre todo la protección y seguridad de personas y bienes para generar y profundizar el sentimiento y orgullo de ser venezolano.
Para evitar que ocurra nuevamente que los gobernantes electos subyuguen a la población imponiendo su ideología y una conducta arbitraria, que prácticamente secuestren a la población, que destruye o al menos reduce sustancialmente las posibilidades del desarrollar armónicamente la nación, en sus aspectos socioeconómica, políticos y sociales; la única solución posible es modernizar el Estado bajo los preceptos elaborados por JJ. Rousseau (1712-1778) en Francia que expreso que la forma de evitar el absolutismo y permitir el desarrollo de la sociedad es necesario que empoderar la población y hacer sentir “el poder reside en el pueblo”, lo cual como concepto no es nada nuevo ni atribuible a ideas socialistas ni comunistas.
El Estado debe ser reorganizado, eliminando la posesión de la enorme concentración de riqueza entre sus manos, otorgándole al poder originario y a la Asamblea Nacional el carácter conjunto de Poder Legislativo. Capacitado y equipado suficientemente para recoger, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, la voluntad del pueblo, ejerciendo el control total del resto de las instituciones y niveles jerárquicos del Estado.
Estableciendo que el pueblo esté en permanente y continua comunicación con sus representantes electos a través de una plataforma parecida a la integración de FACEBOOK. De esta manera toda la población venezolana cedulada, este en comunicación permanente a través del Poder Electoral, quien acopia, ordena las opiniones y puntos de vista para elevarla y tramitarla ante las distintas comisiones de trabajo de la Asamblea Nacional. Ejerciendo así el pueblo su derecho natural y originario de darse el representante presidencial y el resto de los Poderes Públicos que requiera.
Es muy probable que el comienzo de esta vía de comunicación sociedad Estado sea lenta, pero seguramente se incrementara paulatinamente hasta hacerse cotidiana y generalizada.
Colocándose el pueblo como el Poder Público que es capaz de obligar y comprometer el país antes tercero, asumiendo con una sola voz los compromisos que contraiga como nación. Situación comprometida en la que la han llevado los diferentes regímenes, a sus espaldas. Eso jamás debe seguir ocurriendo,
El Ejecutivo o gobierno nacional se concentra en ejecutar los planes y proyectos aprobados para un determinado lapso, asignándole un presupuesto asociado a cada obra y un presupuesto para su funcionamiento. El pueblo elige la cabeza del Poder Ejecutivo para un plazo de cinco años en la figura de un primer ministro, u otro término más adecuado. Posteriormente, desarrollaremos las funciones los principales cargos y dependencias.
La condición de gobierno en línea tiene como objeto establecer el vínculo y compromiso directo entre la población y el marco legal que el mismo apruebe. La participación es libre y voluntaria. Acciones de participación que progresivamente van incrementando una mayor intervención consciente de ciudadano. En una sociedad en reconstrucción, la sensación de imposición debe reducirse al mínimo, sustituyéndola por la noción de responsabilidad ciudadana.