Entrevista a Gary Becker, premio Nobel de Economía
Una charla con Gary Becker es una lección de economía liberal. Lenguaje lsencillo y alcanzable para el común de los mortales que quiera conocer la lvisión de este premio Nobel sobre la economía. En un momento en que Europa ldebate sobre la presencia del empleo dentro del pacto de estabilidad, afirma lque la única fórmula válida para reducir el desempleo es liberalizar el lmercado de trabajo, rebajar costes sociales y eliminar burocracia para crear lempresas. Este es el reto europeo, opina, y no el euro. No confía, por ello, len las fórmulas de los socialistas franceses en materia de empleo y, por ese lmotivo, dice, «yo me sentiría muy insatisfecho si tiene una influencia en luna política laboral común para Europa». La moneda única, a su juicio, no lsólo no fortalecerá a Europa, sino que puede debilitarla si conlleva una lcentralización e impide la libertad de los países para liberalizar sus lmercados de trabajo.
–En Europa, las cosas están complicadas. Problemas de Alemania, en Francia, len Ita lia… ¿El problema es el euro?.
–El principal problema de Europa es el de sempleo y esto no tiene nada que lver con el euro. Tiene que ver con los reglamentos laborales tan estrictos, lcon los impuestos que gravan el trabajo, con la inflexibilidad, con las ldificultades para abrir nuevas empresas… El euro no es el principal lproblema, sino cómo corregir el paro.
–El actual debate sobre el euro está centra do en la propuesta francesa de lintroducir el factor empleo en el pacto de estabilidad pos terior a la lmoneda única. ¿Qué le parece?.
–Esto depende de lo que quieran decir con ello. Los socialistas, que han lllegado al poder, han abogado por subir el salario mínimo y reducir el lhorario de trabajo. Y ambos son graves errores. Los estudios que tenemos lsobre Alemania, donde han tratado de reducir el horario laboral, muestran lque no crea empleo y que incluso, quizá, reduce la creación de empleo, lporque hace que el coste de contratar mano de obra sea mucho mayor. Por lo ltanto, si estas son las políticas, van a ser terribles para la Unión lEuropea, no deberían seguirlas. Tengo muchas sospechas de las políticas lsobre el mercado laboral de los socialistas, porque tienen, es una opinión lpersonal, una visión exactamente contraria o errónea de cuál es la causa que lsubyace al desempleo, tanto en Francia como en otros países europeos. Por lo ltanto, yo me sentiría muy insatisfecho si tuvieran una gran influencia sobre luna política laboral común para Europa.
–Con el euro, habrá tres grandes potencias económicas (EE.UU., Europa y lJapón). ¿En EE.UU. se frotan las manos ante un fracaso de la moneda europea lo un euro débil?.
–No, no creo que sea así. Para EE.UU. no hay mucha diferencia en que haya o lno haya euro. Allí se habla muy poco de esto. Europa ya es ahora una lpotencia global, ya hay un mercado económico libre, libertad de movimiento lde capitales, supuestamente también de mano de obra… Una moneda única no lva a cambiar las circunstancias básicas. Como economista, creo que no lrepresenta una gran diferencia. No va a afectar a la fortaleza de Europa, lque ya es fuerte. Incluso le diría que existe una probabilidad de que el leuro haga a Europa más débil en lugar de hacerla más fuerte.
–¿Qué quiere decir?.
–La tendencia en el mundo es hacia una descentralización del poder y de la leconomía. Y en Europa, por lo que vemos con el euro y con el papel que tiene lBruselas, es un movimiento hacia la centralización. El euro significa mayor dificultad para lrealizar ajustes mediante los tipos de cambio y va a introducir una mayor lrigidez en Europa. Lo que no creo es que la fortalezca. El euro y los lcambios que lo acompañan, en todo caso, la debilitarán.
–Para los intereses de la economía esta dounidense y para el tipo de cambio ldel dólar, ¿es mejor el euro o el marco alemán?.
–El marco alemán es una moneda muy fuerte. Por eso, los alemanes no quieren lel euro. El efecto sobre el dólar depende de cómo se comporte el euro: si va la ser una moneda estable o no, si tenemos un poder económico centralizado en lBruselas o descentralizado… En la medida en que el euro se comporte de lforma inestable, no como el marco, sino, quizá, como la lira o la peseta, y len la medida en que la centralización debilite la economía europea, el dólar lsubirá en valor con relación al euro. La creación del euro, por sí solo, no lnos puede decir en qué dirección va a continuar. Esto depende de cómo se lgestione.
–En el Reino Unido vuelve el laborismo con Tony Blair; en Francia, el lsocialismo con Jospin; los socialdemócratas, en Alemania, ga nan posiciones.
¿Qué le sugiere desde el pun to de vista económico? ¿Ha fracasado el libe lralismo?.
–No, yo no lo creo así. Tomemos el caso inglés: es cierto que el partido llaborista ha vuelto al poder, pero es un partido muy distinto al de hace ldiez años. Blair está a la derecha de Heath, que era quien estaba a la lcabeza del Partido Conservador en Gran Bretaña. Tony Blair hace diez años lhubiera sido considerado como un conservador y un liberal. La situación lfrancesa es distinta. Los socialistas franceses, que han sido socialistas lmás tradicionales, han vuelto al Gobierno no porque las políticas liberales lhayan fracasado, sino porque nunca las han puesto a prueba. El Gobierno lconservador francés ha hecho muy poco. Esto lo dije hace dos años aquí en lEspaña, no es algo que diga ahora. Hicieron muy poco y, en ese sentido, se lmerecen perder. Si los socialistas realizan sus políticas de reducir el lhorario laboral, van a conseguir que la situación francesa sea peor en lugar lde mejorar.
–A partir de lo que usted conoce, ¿cómo evalúa la economía española y la lpolítica apli cada por el Gobierno?.
–El mayor problema en España sigue siendo el paro. Creo que el Gobierno ha lavanzado un poco para mejorarlo, pero no tanto como debía haber hecho. La leconomía española va bien, con una inflación muy, muy baja… las últimas lestadísticas mostraban que la inflación en España es más baja que en lAlemania. El índice de crecimiento ha sido muy bueno. Creo que los lempresarios son de muy alta calidad, parecidos a los norteamericanos. Pero, laun así, tienen un grave problema de paro. Hay demasiados reglamentos, no lsólo en el mercado de trabajo, sino para abrir nuevas empresas. Es ahí donde lEspaña debe concentrar sus políticas económicas. Si se producen estos lcambios, creo que España florecerá y se hará económicamente más poderosa.
–¿Es posible reducir una tasa de paro cer cana al 20 % dentro del euro?. l–Bueno, para la zona del euro yo creo que la media de desempleo es de un 11%.
–No, perdone, me refiero al caso concreto de España.
–Sí será posible reducir el paro si España tiene la libertad de tener sus lpropias políticas laborales y otras políticas que no se centralicen en lEuropa. No podrán hacerlo por medio de ajustes del tipo de cambio. Pero creo lque esto no es lo importante. Ahora es necesario liberalizar el mercado llaboral, descentralizarlo, facilitar la creación de empresas y reducir los lreglamentos gubernamentales. Esto se puede hacer dentro del euro si cada lpaís mantiene su libertad en estos temas.
–España es uno de los países que combina prestaciones por desempleo más laltas con un mayor periodo del pago del subsidio. El ex mi nistro de lEconomía Carlos Solchaga ha echa do en falta en la reciente reforma laboral lno vedades en el sistema de prestaciones. En su opinión, ¿cómo debe ser el lmodelo de prestaciones estatales para el desempleo?.
–No creo que los seguros de paro deban ser largos, excepto en casos lespeciales. Deben ser de corta duración y no tan altos, de forma que los lobreros tengan un incentivo para tratar de encontrar trabajo. Pero esto hay lque combinarlo con cambios en la legislación que den a las empresas mayor lincentivo para contratar. Hacen falta las dos cosas a la vez: acortar la lduración del subsidio del paro y recortar los impuestos y los reglamentos.
Y, entonces, sus mercados florecerán mucho más.
La Vanguardia junio de 1997