El Congreso de EE UU ultima una rebaja fiscal de 12,4 billones de pesetas en cinco años
Los republicanos, mayoritarios en la Camara, proponen recortes sin igual desde 1981.
Los contribuyentes y las empresas de EE UU podrán beneficiarse de una fuerte reducción de impuestos, la mayor desde 1981, si sale adelante en las dos cámara del Congreso la propuesta del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes para introducir recortes fiscales por valor de 85.000 millones de dólares (12,4 billones de pesetas) durante los próximos cinco años. En el capítulo de incrementos fiscales, se prevé una suma de 46.000 millones de dólares (6,7 billones de pesetas), centradas en el aumento de tasasaéreas internacionales y en la eliminación de subsidios a la producción de hidrocarburos. Se descarta una subida de los impuestos al tabaco.
La propuesta del Comité de Medios y Arbitrios de la Camara de Representantes persigue un acuerdo para equilibrar el presupuesto en el 2002 tal como se decidió el pasado mes de mayo los dirigentes republicanos del Congreso y la Casa Blanca. La formulación del Comité no contó, sin embargo, con el respaldo de ningún demócrata y el portavoz presidencial dijo que el presidente Bill Clinton la encontraba bastante inaceptable. Éste no es el proyecto que ser firmado como ley, vaticinó Mike McCurry, portavoz de la Casa Blanca.
El proyecto, que prevé alivios fiscales en los impuestos sobre las plusvalías, en las familias con hijos y en la educación universitaria, fue aprobado después de dos días de intensas negociaciones por 22 votos contra 16. Presumiblemente, la propuesta superar el voto de la Cámara de Representantes, con amplia mayoría republicana. Creo que se aprobar. Estoy decepcionado de que no hayamos obtenido ningún voto demócrata, porque varios de ellos me han dicho que les hubiera gustado votar a favor, pero aparentemente han tenido muchas presiones, señaló Bill Archer, presidente del Comité.
En el Senado, los demócratas también están en minoría, pero ocasionalmente se alían con los republicanos moderados. La versión final de ley, después del filtro del Senado, deber ser firmada por el presidente Clinton, que se ha mostrado partidario de reducir los impuestos pero sin que eso suponga alterar gravemente los fondos destinados a educación, salud y medio
ambiente.
La propuesta contiene, precisamente, un capítulo en el que republicanos y demócratas coinciden relativamente: un crédito fiscal a las familias, deducible a partir de 1998, de 400 dólares (58.400 pesetas) anuales por cada hijo menor de 17 años, que se incrementaría a 500 dólares (73.000 pesetas) en los cuatro años siguientes. Los contribuyentes podrían también pedir créditos de hasta un 50% de los gastos universitarios no superiores a 1.500 dólares (219.000 pesetas), una alternativa diferente a la propuesta de incentivos del presidente Clinton, que cree que la fórmula aprobada discrimina a los estudiantes que acuden a las universidades públicas.
Uno de los puntos polémicos del proyecto es la propuesta de reducir al 30% el impuesto empresarial sobre las ganancias del capital, que en la actualidad se sitúa en el 35%, y disminuir al 20% ese mismo impuesto en su categoría individual, ahora en el 28%. Los republicanos lo consideran básico y así opinará el 46% de estadounidenses que invierten en Bolsa.
Incrementos fiscales
Al tiempo, se prevé la eliminación de la norma que permite a las empresas no pagar impuestos en las fusiones, una medida que inyectará en cinco años más de 1.600 millones de dólares (234.000 millones de pesetas) en el Tesoro, según Archer, si sale indemne. Otra novedad es la elevación del límite de facilidades fiscales en las herencias, de los 600.000 dólares actuales a un millón en el 2007.
En el capítulo de los incrementos fiscales, que deberían sumar 46.000 millones de dólares (6,7 billones de pesetas) en los próximos cinco años, la legislación podría incluir algunas medidas como la ampliación de las tasas aeroportuarias y la eliminación de subsidios federales a la
producción de hidrocarburos. Precisamente, en este punto se produjo una acalorada discusión para tasar los beneficios de los casinos que operan los nativos americanos, una fuente de ingresos que está sacando de la miseria a numerosas tribus. Para evitarlo, se aumentó considerablemente el impuesto de entrada y salida en EE UU a los pasajeros internacionales, de seis dólares a 15,50 por persona. La propuesta para aumentar los impuestos del tabaco de 29 a 53 centavos por cajetilla fue derrotada.
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