A partir de este domingo 1° de noviembre se hace efectivo el aumento del salario mínimo, con lo que llega a 9.648,18 bolívares. Se trata del cuarto incremento decretado por el presidente Nicolás Maduro en el año y en la publicidad oficial se remarca que es el aumento salarial número 30, en la era política que empezó con la llegada al poder del fallecido presidente Hugo Chávez.
Este ajuste parece tener un grupo como beneficiario directo y además, ofrece dos datos claves sobre el panorama económico del país. Como toda medida tiene luces y sombras:
Pensionados como ganadores
Si hubiese que escoger quiénes resultaron los más beneficiados con el reciente incremento de la base salarial, sin duda, habría que decir que los jubilados y los pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss).
Para este grupo que aún espera que se le apruebe alguna clase de mejora económica como un ticket de alimentación o uno para medicinas, el avance del sueldo mínimo es la única fórmula para multiplicar sus ingresos. En esta oportunidad, además, el incremento les permitirá cobrar sus utilidades con el nuevo monto y eso supone que obtendrán al cierre de diciembre un total de Bs 28.944,54 como aguinaldos.
Alta inflación al desnudo
El único número oficial que se conoce sobre el avance de los precios lo reveló el Primer Mandatario en una alocución televisiva hace unos días, cuando detalló que el Banco Central de Venezuela (BCV) le había dicho que la inflación iba a cerrar el año en 85%. Las estimaciones independientes, por lo menos, duplican ese porcentaje, pero el propio Gobierno nacional no parece darse de cuenta de lo que revelan sus aumentos salariales.
El salario mínimo cerró el año pasado en Bs 4.889,54, mientras que ahora lo hará en Bs 9.648,18. Eso implica un incremento de 97,32% y además, se trata de la primera oportunidad en los 16 años en los que el Ejecutivo se ve en la necesidad de hacer un total de cuatro ajustes del sueldo mínimo en el transcurso del mismo año.
Empresas privadas rezagadas
El presidente Maduro decretó también una serie de aumentos salariales en paralelo para el resto de las escalas de la administración pública que cobran más de ese nivel mínimo. Militares, médicos y educadores fueron beneficiados con el ajuste en sus diferentes estratos.
En las empresas privadas, en cambio, los incrementos salariales se vieron limitados por la caída de las ventas en los comercios, el freno en la producción industrial y la desaceleración en sectores económicos como la banca y las telecomunicaciones. Los aumentos de ese lado promediaron 20% para cierre de año y dejan a los trabajadores de las compañías privadas con un rezago en comparación con aquellos que laboran para la administración pública.
Los trabajadores que cuentan con un contrato colectivo enfocado en la productividad también se vieron afectados este año, porque la falta de materia prima en varias industrias los obligó a irse a casa con salario básico para las vacaciones, hasta que el insumo llegase al país y se pudieran reencender las líneas de producción.
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