Trabajadores de 15 países condenan militarización de Venezuela
Alrededor de 25 millones de trabajadores agrupados en la Alternativa Democrática Sindical de las Américas (ADS) que actualmente se encuentran reunidos en Bogotá emitieron un comunicado rechazando la orden del mandatario Nicolás Maduro de militarizar a la sociedad civil ya que “podría originar una sangrienta guerra interna”.
De igual manera los trabajadores de la ADS reclamaron a los gobiernos del mundo “una acción decidida para presionar la solución pacífica y democrática de la crisis política del país.
Al primer Congreso de la ADS asisten las organizaciones sindicales venezolanas UNETE, CGT y CODESA.
A continuación el texto completo del comunicado
Orden del Presidente de Venezuela de militarizar a la sociedad civil podría originar una sangrienta guerra interna, denuncia Alternativa Democrática Sindical de las Américas
Trabajadores de 15 países del continente, agrupados en Alternativa Democrática Sindical de las Américas, ADS condenaron enérgicamente la orden de militarizar a la sociedad civil venezolana impartida por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro al tiempo que expresaron el temor de que esa decisión pueda generar una sangrienta guerra interna.
Los 25 millones de trabajadores de Brasil, México, Chile, Ecuador, Perú, Venezuela, Colombia, Panamá, El Salvador, Honduras, Puerto Rico, Aruba, Curazao y Cuba, aglutinados en la naciente ADS, reclamaron de los gobiernos del mundo, de las Organizaciones No Gubernamentales y la sociedad civil, una acción decidida para presionar la solución pacífica y democrática de la crisis política, social, económica y humanitaria que sufre la hermana República Bolivariana de Venezuela.
Es deber del continente americano y de las organizaciones del mundo presionar al presidente Maduro para que garantice el derecho constitucional de la protesta pacífica y evitar que sean reprimidas por la fuerza pública y por los colectivos civiles que no es otra cosa que el nacimiento del peligroso fenómeno del paramilitarismo que ya ha causado la muerte de 5 personas y la detención arbitraria de otras 583.
Nunca antes como hoy se justifica la mediación de los gobiernos del mundo para evitar un cruel e injustificado baño de sangre y solucionar de manera inmediata la crisis que vive Venezuela pero que amenaza con afectar a todos los países de la región.