Economía

Solow y Rodrik: dos lecturas para el desarrollo

Dos lecturas, ameritan un comentario. La primera, es la intervención que tuvo el premio nobel de economía, R. Solow, en un encuentro realizado en la Habana a comienzos del año en curso. En tal exposición, intitulada Algunos principios generales para alcanzar el crecimiento sostenido (Capítulos, Sela Nº 61, enero-abril 2001), señala lo que considera son principios generales del crecimiento de la productividad y los ingresos -y, correspondientemente, del desarrollo-. La segunda, concierne a un paper de D. Rodrik de abril de 2001, intitulado The global governance of Trade as if development really mattered.

Parte Solow de la afirmación de que estos asuntos no son como preparar un pollo horneado, que se hace mas o menos igual en todos lados. Las particularidades nacionales serian relevantes, aunque sin obstaculizar que puedan existir principios generales. En realidad, sus importantes y útiles planteamientos, no son tampoco un salto en lo que es la frontera del conocimiento que a nivel internacional existe sobre la materia.

El primero de los principios, es el de la dinámica institucional -desarrollada por autores como D. North, premio (%=Link(«http://www.almaz.com/nobel/»,»nobel»)%) -, y que prefiere englobar en lo legal-administrativo. Se trata de reducir la incertidumbre y facilitar las transacciones. Pero también de contar con una buena burocracia -término al que M. Weber le asignó su importancia para el capitalismo-. Se debe «…proteger a las personas y los grupos de interferencias arbitrarias, garantizar la disponibilidad de información necesaria y establecer claramente los límites de las conductas económicas permisibles.» Igualmente resalta «…la necesidad de contar con una burocracia confiable, imparcial y bastante honesta… Decir esto es como recordarles que toda institución social es manejada por personas de carne y hueso y no podrá funcionar mejor en la medida en que ellas no lo permitan.» Estos planteamientos son altamente importantes en la Venezuela actual.

El segundo y tercer elemento que plantea Solow tratan de la competencia y la apertura. Su posición en cuanto a los mismos es bastante tradicional. La competencia es sana, estimula el aumento de la productividad y los monopolios generan problemas no insignificantes. El aumento de la competencia puede venir «de numerosas fuentes: adversarios locales, importaciones, trasplantes de empresas extranjeras que han alcanzado buenos hábitos de producción, o proveedores de capital de inversión, quienquiera que sea». Puede unirse con lo que plantea sobre la apertura «…las economías abiertas se desempeñan mejor que las protegidas, fundamentalmente porque la apertura impone una disciplina competitiva. …me inclino a pensar que los mayores beneficios de la apertura se derivan de la adquisición de nuevas tecnologías y conocimientos técnicos industriales, así como del acceso al capital.» Realmente, este planteamiento es demasiado ortodoxo y convencional, como para ser realista, de utilidad u operativo para naciones como Venezuela. Ni que decir del siguiente «La experiencia nos enseña que la protección de la industria local de las importaciones y trasplantes tiende a ser una receta para el nepotismo y la corrupción y una perenne baja productividad.»

El cuarto principio es correspondiente al sistema tributario «todo país en desarrollo (y toda nación desarrollada…) necesita contar con un sistema tributario que satisfaga ciertos criterios generales. Naturalmente, el primero es que debería recaudar suficientes ingresos y de manera equitativa, de acuerdo con la capacidad de pago. También resulta de vital importancia que se defienda a este sistema tributario de la corrupción…» Un elemento que seguramente es de interés para el gobierno actual, es que Solow se pregunta por qué no es más frecuente el uso de un impuesto a las tierras en las economías en desarrollo y en transición. Por supuesto que, este planteamiento, se torna polémico si se le ubica en una nación que, como Venezuela, tiene los consabidos problemas de la frontera, secuestros, invasiones e incertidumbres actuales.

El último de los principios que señala Solow atañe a la «…la necesidad de ofrecer alguna suerte de red de seguridad a aquellos que queden rezagados en el proceso de desarrollo o transición.» En cualquier caso, como problema económico-social, debe tenerse muy presente para lo que el autor llama estrategias de desarrollo rápido o situaciones donde se produce un cambio masivo rápido. ¿Existe en Venezuela una estrategia de desarrollo rápido? ¿Es un cambio masivo positivo o negativo? De nuestra parte, opinamos que lo que existe es lo último. ¿Se están atendiendo, debidamente sus efectos?

Rodrik, por su parte, nos señala en su paper un conjunto de elementos que se indican de seguida. De sus revisiones, el autor destaca cómo los elementos fundamentales que se observan para el desarrollo económico son los incentivos de mercado, estabilidad macroeconómica y desarrollo instituciónal. Sin embargo, es importante en las ideas de Rodrik, el insistir en lo local y que cada país deba preparar su propia estrategia de inversión y desarrollo así como que el cambio institucional no tiene que darse por completo antes de ponerse en curso las estrategias de desarrollo, sino que aquel y éstas, pueden presentarse en paralelo.

Rodrik aporta un conjunto de elementos, muy frecuentes en sus trabajos, sobre que la apertura comercial no es obligatoriamente facilitadora del crecimiento -aunque ello no implique una defensa del proteccionismo-. En tal sentido señala: «No country has developed successfully by turning its back on international trade and long-term capital flows…», «But it is equally true that no country has developed simply by opening itself up to foreing trade and investment.»

Un punto señalado por Rodrik -en este paper, que vincula negociaciones comerciales con desarrollo- son las tareas que en la búsqueda del desarrollo se desprenden de los procesos de liberalización comercial. Como se ha planteado, los neoliberales extremistas tienen una especie de agenda permanente de liberalización: la presencia de un problema se soluciona con más liberalización en las áreas y aspectos de que se trate. El planteamiento de Rodrik se puede compartir: la liberalización comercial implica una serie de requerimientos legales en asuntos como subsidios, aduanas, propiedad intelectual -entre otros tantos-, pero los mismos deben acompañarse de reformas en los impuestos -para aumentar los ingresos- y en la seguridad social, así como de la atención a los desplazados y reformas institucionales que den credibilidad a los cambios que se proponen. Pero, igualmente, son fundamentales las reformas laborales, la asistencia tecnológica y de otro tipo para atender a las empresas afectadas por la apertura y la competencia o a las exportadoras.

En resumen, algunos de los planteamientos de Solow son más convencionales y menos realistas para las naciones como Venezuela, pero no por ello irrelevantes. Los de Rodrik, se adecuan más a atender las asimetrías que las afectan. Pero, por distintas vías, hay cinco elementos de coincidencia -aunque la problemática del desarrollo tiene varios adicionales-: instituciones, competencia, apertura, tributación y seguridad social.

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