Economía

Shock institucional positivo

La abrupta caída del producto por habitante de este quinquenio puede considerarse como el resultado de tres tipos de factores. Primero, un componente tendencial, que reflejaría características de la economía que han estado actuando en forma negativa en un lapso largo. En segundo lugar, aspectos coyunturales de la política económica, o aspectos circunstanciales de la situación política, por ejemplo el paro del año pasado e inicios de este. Y, en tercer lugar, el shock institucional negativo representado por los cambios normativos y organizacionales impulsados por el gobierno. Este tipo de clasificación puede ayudar a comprender por qué el próximo año puede existir un “rebote” dentro de una trayectoria general declinante, y como ello podría ser sólo una pasajera mejoría.

En la caída del producto durante 2002-2003, alrededor de 20%, tuvo un papel el paro, un evento político coyuntural. Sí este tipo de circunstancia no se repite, el año que viene puede existir crecimiento positivo dentro de una trayectoria descendente. De hecho, se parte de un nivel excesivamente bajo.

Un elemento importante del componente tendencial es la declinación petrolera, evaluada por las exportaciones petroleras por habitante en dólares constantes o como producción en volúmenes por habitante. Esta última tendencia, que intentó revertirse en los noventa, ha estado reforzada por políticas de corte “rentista” (restricción para elevar precios) del gobierno, la destrucción de capital humano por la expulsión de casi 20.000 trabajadores de PDVSA y cambios que redujeron la inversión o que representan obstáculos a la misma.

La actual trayectoria general descendente es más negativa que la que heredó el gobierno, justamente por la contribución de las “innovaciones” institucionales y de política económica que se han implementado. Los cambios institucionales se han orientado a ampliar el rol del Estado y concentrar el poder autocráticamente, deteriorando lo que Hall y Jones (1999) llaman la “infraestructura social”.

Una de los temas estándar de la teoría del crecimiento es la influencia que tiene el contexto social global en aquellos factores que directamente determinan su dinámica, por ejemplo los factores sociales que pueden afectar la dinámica del capital o el avance técnico. Bajo el término de “infraestructura social” se tiende a considerar tres aspectos: la política económica de las autoridades, el contexto institucional y por último, las actividades de “búsqueda de rentas” en las cuales esta implicado el propio gobierno. Refiriéndose a estas últimas, Romer (2002) señala,

“Aunque las políticas públicas, cuando están bien diseñadas, pueden ser una fuente importante de infraestructura social beneficiosa, el mismo gobierno puede llegar a ser el actor principal en la búsqueda de rentas. Las expropiaciones, la demanda de sobornos y la distribución de favores a los que aciertan a manejar las debidas influencias, o simplemente a aquellas iniciativas que redundan en beneficio de los funcionarios públicos, pueden llegar a convertirse en renglones importantes de la búsqueda de rentas.

Una infraestructura social de baja calidad puede adoptar diversas formas. La planificación central de tipo estalinista, por ejemplo, en la que los derechos de propiedad y los incentivos económicos están reducidos al mínimo. O la cleptocracia: una economía dirigida por una oligarquía o una dictadura cuyo principal interés radica en el enriquecimiento personal y la conservación del poder, y que funciona sobre la base de la expropiación y la corrupción. O las situaciones próximas a la anarquía, en las que la propiedad y la vida están gravemente amenazadas. Y así sucesivamente.”

En este quinquenio, supuestamente con la intención de impulsar un proceso redistributivo, que es necesario, se introdujeron cambios que en definitiva redujeron la calidad de las instituciones y de la infraestructura social global, impulsando la búsqueda de rentas del grupo gobernante. La consecuencia ha sido desalentar la inversión. Revertir la tendencia requiere, entre otros elementos, un cambio institucional de signo contrario, un shock institucional positivo de buen diseño, que pueda lograr apoyos importantes y perdurabilidad. Sin este elemento, el potencial “rebote” sería eso y nada más, algo efímero.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba