¿Se debilita la OMC?
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Una de esas organizaciones que da la sensación en el tiempo que no se mueve es la Organización Mundial del Comercio. Generaciones de Diplomáticos han desfilado por la vieja sede del GATT, ahora la OMC, en búsqueda de compromisos comerciales multilaterales que cuando se logran son a precio de arduas y desgastadoras negociaciones. Solo la burocracia local y algunos diplomáticos eternizados en la organización llegan a tener el privilegio de ver el principio y el final de una negociación. Fueron muchos años los requeridos para ver concluidas las diferentes Rondas. En estos tiempos, la nueva expectativa la creo la Ronda Doha, iniciada hace seis años y entendiéndose que era la gran oportunidad de los países en desarrollo. Está prácticamente paralizada y sin mayores señales de progreso. Irónicamente mientras los países miembros parecieran ideológicamente alejarse, nuevas naciones ingresan a la OMC que por estos días anda por el orden 151 países y unos cuantos más en lista de espera.
Entonces, cabe preguntarse, qué es lo frena el ímpetu de negociar nuevos acuerdos comerciales internacionales. Tiene viabilidad una nueva normativa internacional o será que se requiere una reingeniería de los principios, fundamentos y razón de ser que incluye países tan disimiles por su tamaño, desarrollo económico y percepción de las relaciones económicas internacionales.
Me atrevo a pensar en que ya es tiempo que una nueva reingeniería se plantee para darle así viabilidad y razón de ser a una organización global de esa naturaleza. Por ejemplo, la Ronda Doha de estos últimos meses se caracteriza por la inmovilidad de posiciones de los actores más importantes. Ello se traduce en desgaste, desesperanza y pérdida de sentido, especialmente para las economías más vulnerables. ¿En que andan las negociaciones en estos tiempos? ¿Qué se ha logrado luego de innumerable reuniones para liberalizar más las normas del comercio? Parece que no mucho y las opciones de éxito antes de que termine el año como algunos aspiraban está lejos de producirse. El tema agrícola sigue siendo la piedra de tranca en el marco negociador, por una parte, pero también el poco entusiasmo de muchas capitales sobre la justificación de su presencia en la OMC. Son los pocos los países en desarrollo que realmente pueden demostrar que asumir disciplinas en esta materia se ha convertido en un beneficio real para sus economías. Muchos países se sienten hoy más vulnerables. Ello hace visible un debilitamiento de la organización. No sería especulativo pensar que a corto plazo algunos países planteen incluso retirarse de la OMC y derogar sus obligaciones comerciales.
Los Estados Unidos la principal economía del mundo, aun se queja de los países en desarrollo por su posición proteccionista especialmente en acceso a productos industrializados y les solicitan reducir sus tarifas. Por supuesto, el verdadero interés de Washington es el sector de servicios, especialmente telecomunicaciones y la Banca. Sectores claves para un compromiso en materia de reducción de subsidios agrícolas. Por su parte, los principales países en desarrollo como Brasil y la India no están dispuestos abrir más sus mercados sin compromisos claros en cuanto al protegido sector agrícola de la mayoría de los países desarrollados de Europa y Japón, que aspiran seguir protegiendo sus agricultores con diferentes esquemas y razonamientos.
Si la Ronda no concluye antes de Diciembre como aspiran muchos negociadores y el propio Pascal Lamy, su Director General, no sería irracional que alguna voz realista ponga sobre la mesa algún esquema sensato en donde la conclusión de la ronda sea progresiva y se adhieran las naciones de acuerdo a sus capacidades y necesidades. Una cuarta parte de las naciones que componen la OMC no creen en mayor liberalizaron y otros no comparten la liberación como tal.
¿Qué nos indica esto último?, que esta no es una organización homogénea en cuanto a principios y que los que no encuentren espacio en su estructura se aislaran, no del comercio, sino de la manera de regularlo a nivel internacional. Pero la realidad dirá sino es tiempo de crear una organización de verdaderos homogéneos. Mientras las negociaciones no avancen, los más perjudicados son los países más débiles que tienen que sobrevivir con las reglas tal como existen y a las cuales se comprometieron con la finalización de la Ronda Uruguay.