Robert Alcalá: Gobierno privilegió la importación por medio de un sistema fracasado

Falta de apoyo a los productores nacionales, inseguridad e implementación de programas gubernamentales con poca efectividad son algunos de los factores que han “paralizado” el sistema económico del país que actualmente enfrenta una de las crisis inflacionarias más grandes en su historia, con una tasa anualizada en más de 700%, según cifras de la Asamblea Nacional (AN) al mes de febrero. Así lo afirmó el diputado del Poder Legislativo por dicha entidad, Robert Alcalá, en diálogo con Analítica.com.

El también dirigente del partido Acción Democrática (AD), miembro de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), indicó que, por ejemplo, el “potencial productivo de Sucre se encuentra quebrado”, por las irregularidades en la gestión del exgobernador Luis Acuña y a su vez, debido a las malas políticas del gobierno Nacional, encabezado por Nicolás Maduro.

CLAP, “una estructura partidizada”                                                           

De acuerdo con Alcalá, la puesta en marcha de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción  (CLAP), por parte del Ejecutivo, más que una solución para contrarrestar la crisis de escasez de productos de la canasta básica, asestó un duro golpe a los trabajadores del campo de todo el país quienes se han visto relegados por la manufactura fuera de nuestras fronteras, una contradicción hacia la denominada “soberanía alimentaria” que habría defendido el fallecido presidente Hugo Chávez, dentro de su programa de gobierno.

Entre otros aspectos, pues tras cumplirse un año de la creación de dicho plan alimentario, se conoció que la mayoría de los productos entregados a las comunidades provienen del extranjero, principalmente de México, Panamá, Colombia y Brasil. Harinas, pastas, granos, azúcar y leche son algunos de los rubros que integran la cuota comercializada por el Ejecutivo.

Para el diputado Alcalá, los CLAP solo forman parte de “una estructura partidizada” que ratifica el “fracaso de todos los sistemas de distribución de alimentos” que ha promovido el chavismo en más de 17 años en el poder.

“El nombre incluso está mal puesto, porque en realidad no son unidades de producción, sino de mala distribución, por medio de la corrupción”, dijo el parlamentario, quien, entre otras razones, señaló que la cantidad de cajas que son repartidas por cada entidad resultan insuficientes dada la proporcionalidad de habitantes en relación al número de productos que se ofrecen.

En Sucre, según Alcalá, el Gobierno aprobó el envío de 200 mil paquetes de comida. Sin embargo, la región posee un aproximado de un millón de habitantes, es decir un estimado de 330 mil familias, de las cuales -dijo el legislador- 130 mil quedarían excluidas de obtener la comida.

“Además está presente la temporalidad, porque para que comunidades vuelvan a recibir una bolsa o caja del CLAP podríamos estar hablando de cuatro a cinco meses”, acotó.

Sobreprecio y corrupción

Asimismo, el parlamentario señaló que los CLAP se han transformado en un “negocio” para el Ejecutivo Nacional. Detalló que hasta la fecha se han recibido desde México un total de 823 mil paquetes con alimentos “con un sobreprecio de 27 dólares por caja”, es decir, lo que contiene cada unidad cuesta en el país azteca 8 dólares y, sin embargo, la administración de Maduro la factura a 35 dólares.

“Todo ese dinero lo terminan ganando los enchufados, entre quienes está involucrado Samark López, el testaferro de Tarek El Aissami. Por ejemplo, de las 200 mil cajas que traen a Sucre se está hablando de un sobreprecio de alrededor de 5,4 millones de dólares. Ese es el primer peldaño de la corrupción”, advirtió.

De igual forma, aseguró otro punto importante es el manejo que se le da a la moneda extranjera para efectuar las operaciones. Dijo que las mismas se realizan a la tasa fija de dólares “preferenciales”, la cual está establecida a 10 bolívares por divisa norteamericana. “Lo que implica que la caja a 35 dólares, incluido el sobreprecio, le costó al Estado venezolano 350 bolívares, sin embargo, se lo vende a la población en 10 mil bolívares. Además de eso, les cobran a los venezolanos 200 bolívares y en algunos casos hasta 500 bolívares, solo por el transporte para que llegue a las comunidades los alimentos, bajo la figura de una supuesta colaboración”, indicó.

El pasado 15 de marzo, el ministro de Comercio Exterior, Jesús Faría, negó que estas importaciones se paguen bajo una tasa preferencial, pues defendió que “es evidente que la tasa de cambio que se está aplicando para eso es el Dicom, a 600 (bolívares), ahí hay un esfuerzo gigantesco”.

“(…) Invito que me hagan el cálculo, qué tiene esa bolsa y en cuánto lo estamos vendiendo y cuál es la tasa de cambio que estamos aplicando para eso (…) No hay sobreprecio, más bien hay un subsidio importante”, declaró el funcionario en entrevista para el canal Globovisión.

Sin embargo, Alcalá dijo que lo dicho por el ministro Faría representa una “mentira”, debido que –aseveró el diputado– las transacciones vinculadas a rubros alimenticios solo se efectúan a dólar preferencial. “Siempre ha sido así con todos los sistemas cambiarios que ha creado el chavismo”, agregó.

“Lo que ocurre es que ellos (el Gobierno) privilegian la importación de alimentos. Esa política de acabar con la producción del campo venezolano la inventaron Elías Jaua y Juan Carlos Loyo, y para eso se prestó el expresidente Hugo Chávez (…) Antes en el país había rubros en los cuales se registraban excedentes, como caraotas, frijol, queso, carne, leche, azúcar, entre otros. Eran muchos rubros que se producían en Venezuela y no había necesidad de importar”, aclaró.

El representante sucrense en el Poder Legislativo manifestó que esta desatención del Gobierno hacia los sectores agrícolas del país ha provocado que la población dedicada a estas actividades, en el último tiempo se haya visto obligada a trabajar en áreas que no guarden relación con el campo, lo que, en su opinión, profundizará el desabastecimiento de alimentos en Venezuela.