Riesgo país o país en riesgo
Cada día, cuando vemos las emisiones sobre noticias económicas mundiales, nos encontramos con unos números que aterran. En estos últimos días hemos visto como el “riesgo país” de Venezuela ha crecido hasta ubicarse alrededor de 370 puntos. Entretanto, los valores que aparecen con cierta frecuencia, ubican a Perú en una cifra de 190 puntos, casi la mitad.
Sin lugar a dudas nos encontramos ante un tema árido y especializado. Para tratar de explicarlo de manera simple y resumida, estas cifras indican que Venezuela, a la hora de requerir de un préstamo internacional, deberá pagar por los intereses del préstamo tres y tres cuartos por ciento por encima de la tasa “prime” que rige los préstamos bancarios para instituciones de la mejor calidad. Perú, solo debe pagar algo menos de dos por ciento adicional.
Picados por la vergüenza y por la curiosidad recurrimos a nuestro amplio y útil Internet y allí encontramos cientos de millones de entradas que nos dan acceso a páginas que tratan el tema. A pesar de dicho número no fuimos capaces de llegar a la información que nos diera la nómina comparable con los guarismos mencionados. Accedimos a varias de las páginas listadas y nos pareció adecuado analizar dos de ellas.
La primera es producida por la Agencia Belga para Créditos a las Exportaciones (ONDD) (%=Link(«http://www.ondd.be»,»www.ondd.be»)%). En sus páginas encontramos la calificación de doscientos cuarenta países y regiones de todo el globo y su categorización se establece en siete renglones divididos en dos capítulos. Las transacciones de exportación se clasifican en función del riesgo político a corto plazo; el mismo riesgo a mediano y largo plazo; además se clasifica para transacciones especiales. Cada una de estas categorías se analiza y se evalúa con siete notas diferentes, asignando el número menor al riesgo menor. De manera separada se analiza el riesgo comercial clasificando a los países y regiones en tres categorías: A para los mejores, B para los intermedios y C para los de peor calidad. En rubros aparte se analizan las inversiones directas partiendo de tres parámetros: el riesgo de guerra, el riesgo de expropiación e intervención gubernamental y el riesgo de transferencia o de cambio.
Las calificaciones de Venezuela se pueden anotar, siguiendo el mismo orden enunciado, de la manera siguiente: 4-6-4-C-4-7-5. Todas del lado negativo.
Al revisar las calificaciones de los países y regiones de Latinoamérica encontramos que nuestra situación se compara de manera general con las de Argentina, Belice, Bolivia, Cuba, Ecuador, Haití, Paraguay y Surinam. Las peores de la región.
La otra fuente consultada fue la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) (%=Link(«http://www.oecd.org/dataoecd/47/29/3782900.pdf»,»www.oecd.org/dataoecd/47/29/3782900.pdf»)%), organización que tiene su sede en París y está conformada por treinta países comprometidos con la democracia y con la economía de mercado, su función se resume en el monitoreo de las actividades de doscientos diez países desde 1961.
Esta clasificación se resume en una tabla que califica a cada país en una escala que va del cero para los países de alto ingreso, hasta el siete para los menos confiables.
Venezuela, en esta estadística, no sale mejor favorecida. Obtiene una calificación de seis puntos para una investigación con validez al 29 de junio de este año.
Al compararla con el resto de Latinoamérica encontramos que solo nos equiparamos con Antigua-Barbuda, Honduras, Jamaica y Paraguay y obtienen la peor calificación Argentina, Belice, Bolivia, Cuba, Ecuador, Guyana, Haití, Nicaragua, Saint Kitts-Nevis y Surinam.
Como también podemos anotar, en dichas calificaciones nos acompañan todos nuestros más “íntimos amigos”.
Estas noticias son poco halagüeñas y hacen vislumbrar días poco felices para la empresa privada y en especial para aquellas que quieran intervenir, como exportadores, en el comercio internacional.