Rentismo-fascista-populista vs. Democracia
“Jamás puede lograrse la nacionalización de las masas por la acción realizada a medias, con criterios ecuánimes; esa nacionalización sólo es posible por obra de un criterio intolerante y fanáticamente parcial, en cuanto a la finalidad perseguida” Adolf Hitler, Mi Lucha.
“La fe es más difícil de estremecer que el saber, el amor está menos sujeto a transformaciones que la inteligencia, el odio es más duradero que la simple antipatía”. Adolf Hitler, Mi Lucha.
Lejos de querer ser políticamente correcto, el país, todo, perdió el domingo 7 de octubre. Perdió en términos colectivos, sociales y/o en términos netos. Ganó una opción exclusionista y divisionista, a conciencia de sus adeptos, incluso si obviamos problemas de información.
Lo anterior no significa que no existan ganadores individuales o grupales –no solo por transferencias y generación de utilidad racional basada en el hombre económico y la satisfacción de sus necesidades materiales, sino incluso por la inculcación de una racionalidad de la envidia o fascista; sin dejar de contabilizar a aquellos que han capturado y detentado el poder-. De hecho, donde podría existir controversia no es si perdió o no el país, sino en la definición y delimitación del grupo ganador que no compensa las pérdidas colectivas, generándose el resultado colectivo neto negativo.
El fascismo y el rentismo-populista, transforman a la sociedad en un conjunto de individuos con relaciones suma cero; cuando el hecho cierto es que una conducción y planteamiento distinto de la sociedad la transforma en un juego suma positiva. Lo anterior da cuentas de lo ineficiente del modelo político y económico de Hugo Chávez, porque podrían existir formas de relacionamiento y de institucionalidad pública que generen ganancias Paretianas o cuando menos Hicksianas –tanto en lo político como en lo económico-.
El modelo resulta ineficiente indefectiblemente, pero lo anterior no resulta condición necesaria para que no sea sostenible y dependiendo de nuestro horizonte temporal, la experiencia va validándolo como viable a lo largo del tiempo.
Por un lado, dado que el costo de oportunidad del modelo de Hugo Chávez, en términos de eficiencia y generación de riqueza pérdida, constituye un intangible o pérdidas actuales atomizadas; a la sociedad y a sus ciudadanos le ha sido complicado actuar y reconocerse como residual claimants. Por otra parte, los costos netos –tangibles o intangibles atomizados o per cápita– podrían ser más que compensados por los beneficios de las transferencias de corto plazo, expoliadoras y/o rentistas, a favor de ciertos grupos que constituye la base de apoyo popular.
Parte de la factible sostenibilidad de tan aberrante modelo rentista-fascista-populista radica en que la transformación de las relaciones humanas, económicas y las políticas públicas en un juego suma cero, podría constituir un robusto credible commitment para mantener una base de apoyo suficiente.
De esta manera parece estar reforzándose deliberada, irresponsable y criminalmente un problema del dilema del prisionero de la sociedad venezolana, haciendo difícil que los ciudadanos se reconozcan como residual claimants o dolientes últimos de un modelo de sociedad ineficiente, altamente costoso en términos de alternativas productivas, eficientes y generadoras de bienestar.
Economista. Master in Competition and Market Regulation. Master in Industrial Organization and Markets. Especialización en Economía de los Sectores Telecomunicaciones, Energía, Transporte, Farmacéutico, Agua y Banca. Programa Avanzado en Política de Competencia. Profesor universitario en Regulación Económica y Regulación de Competencia.